■ Hay comicios libres, pero los gobernantes se olvidan de electores
En México, latente el “autoritarismo democrático”, señala Diego Valadés
Ampliar la imagen Los senadores Augusto César Leal, del PAN, y Melquiades Morales y Manlio Fabio Beltrones, del PRI, durante la clausura del seminario Retos del constitucionalismo hoy, realizado en esta ciudad Foto: Notimex
“¿Para qué reformar la Constitución, cuando la autoridad tiene el propósito de violar la norma recién creada?”, se preguntó el investigador de la UNAM, Diego Valadés, durante el seminario Retos del constitucionalismo hoy, clausurado este viernes por el presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado, Manlio Fabio Beltrones.
Valadés, ex procurador de Justicia del Distrito Federal, aludió a los graves problemas del constituyente contemporáneo, entre ellos no ocuparse de la pobreza, ni de los demás problemas sociales, ni de recuperar la soberanía financiera.
Durante su intervención, el también ex director del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM calificó al sistema político mexicano de “autoritarismo democrático”, y alertó sobre la pretensión de “restablecer el Estado confesional”.
En el último día de trabajos de ese seminario, en el que participaron 23 constitucionalistas e historiadores, el también catedrático universitario explicó que no sólo en México, sino en la mayor parte del mundo, los grandes sistemas constitucionales enfrentan problemas de carácter social, jurídico, político, económico y cultural.
Durante los tres días del seminario, dijo, se habló mucho de dar cumplimiento a los preceptos establecidos en la Carta Magna, aunque la realidad es que se crean normas que son violadas de inmediato. Puso como ejemplo la modificación al artículo 21 constitucional que entró en vigor el año pasado y que a la letra dice: “Las instituciones de seguridad pública serán de carácter civil”.
Sin embargo, recalcó, “sabemos que los 50 mil miembros del Ejército hacen fundamentalmente tareas de seguridad pública. Para qué entonces hablamos del estado de derecho y la aplicación a rajatabla de la ley, cuando se crean normas que la autoridad no está dispuesta a cumplir”.
Diego Valadés expuso asimismo que “el constituyente contemporáneo todavía no se ocupa de la pobreza. La pobreza no forma parte del capitulado de las constituciones, hay excepciones, pero no es el caso de México. Explicó que en el artículo 123 constitucional se consagra el derecho al trabajo, pero no se habla del seguro de desempleo.
Asimismo, “México es el primer exportador de exiliados económicos en el mundo”, y en la ley suprema no se cuenta con previsiones concernientes a los derechos de los migrantes.
Se jactan, añadió, de que México es el primer país que estableció en su Constitución los derechos sociales, pero no se pensó en sistemas de apoyo a los mexicanos en el extranjero, ni para la defensa de sus derechos e identidad.
Asimismo, aludió a que no se piensa que con ciertas normas se puede recuperar el sistema financiero, donde la inversión extranjera en los bancos es de 80 por ciento, mientras que el promedio en otras naciones es de 20 por ciento.
Respecto al sistema político, Valadés expuso que se practica un autoritarismo democrático, porque hay comicios libres para elegir a los gobernantes, pero el poder se ejerce de manera autoritaria, ya que los gobernantes no tienen ninguna responsabilidad ante sus electores.
“Uno de los pilares del Estado moderno fue la secularización del poder político, pero no sólo en México sino en el mundo, hay una regresión, con la pretensión de establecer la confesionalidad en la organización del poder político”.
Por lo que se refiere a la crisis financiera global, comentó que desde hace muchos años se sabía de los riesgos, los denunció hace 27 años el premio Nobel de Economía, James Tobin, cuando advirtió que había flujos financieros no regulados y la mayor parte de los capitales del mundo no tributaban, se sustraían de la captación fiscal para así generar mayor riqueza y también mayor pobreza.