■ La CND tendrá un recorte de casi $3 millones, dice su directora
Reponen coreografía con la magia de la música y los personajes de Cri-Cri
Ampliar la imagen Bailarinas de la Compañía Nacionl de Danza, ayer, durante el ensayo general de Cri-Cri en el teatro Julio Castillo Foto: Cristina Rodríguez
Un fastuoso y colorido carnaval de personajes y música entrañables es lo que ofrece la coreografía Cri-Cri, que la Compañía Nacional de Danza (CND) presentará este fin de semana en el teatro Julio Castillo, para comenzar sus actividades de 2009.
Será un año de contrastes, pues si bien la agenda de la agrupación no tiene un solo espacio en blanco durante los 11 meses restantes, sí se ha visto afectada por la crisis económica imperante, con un recorte de casi 3 millones de pesos en su presupuesto, que pasó de 12 a poco más de 9 millones de pesos.
Así lo informó ayer su directora, Sylvie Reynaud, al término del ensayo general de la obra creada por el coreógrafo y bailarín José Luis González en 2007, como parte de las actividades con las que se rindió homenaje a Francisco Gabilondo Soler, Cri-Cri, por su centenario.
Según Reynaud, poco es lo que ha repercutido esa reducción en los planes de la compañía, debido a que hasta el momento sólo ha debido cancelarse el proyecto de montar el ballet La fille mal gardée.
Fuera de ello, aseguró a los medios informativos, se mantienen en pie la tradicional temporada de El lago de los cisnes, la reposición de La Bella Durmiente y una noche de gala de coreógrafos mexicanos en la sala Miguel Covarrubias, así como un par de giras durante el segundo semestre del año, entre otras actividades.
Sobre el hecho de que la sala principal del Palacio de Bellas Artes, sede de la CND, continúe cerrada también durante este año por obras de rehabilitación, la funcionaria negó que represente un problema para el correcto funcionamiento del grupo.
“Salimos ganando con el cierre de Bellas Artes, porque la compañía tiene oportunidad de itinerar por diversos teatros (el de la Ciudad y el de las Artes, entre ellos) y tener contacto con otros públicos.”
Nostalgia y azoro
Una confrontación con diversos y agradables sentimientos es lo que suscita la reposición de la coreografía Cri-Cri, que fue presentada los dos pasados años en el Palacio de Bellas Artes y el Auditorio Nacional.
Para los adultos, sin duda, es remitirse a la añoranza de los años de infancia en los que las canciones del grillito cantor acompañaron a muchos.
Para los niños, en tanto, representa una espléndida oportunidad de adentrarse en un universo de azoro y belleza, configurado por historias y personajes simpáticos y divertidos la mayoría de las veces, conmovedores en otras, que fueron extraídos de la vida rutinaria por Francisco Gabilondo Soler para conferirles un halo mágico y una música pegajosa e inolvidable.
La lectura que la CND hace de los personajes e historias de Cri-Cri dista mucho de la ramplonería y sosería con que a veces se les presentan al público infantil.
Sesenta minutos exactos de una dinámica que no deja casi respiro a bailarines ni al público, en la que se salta de una canción a otra, de un personaje a otro, de una época y un sitio geográfico a otros, de un género musical a otro en fracciones de segundos, en un dechado de recursos humanos, técnicos y escenográficos.
Vestuario e iluminación son parte toral del montaje, con atuendos ajenos a los disfraces convencionales; es más bien una lectura contemporánea, acaso futurista, que evoca seres fantásticos mediante colores y diseños llamativos. El juego de luces crea atmósferas apegadas al mundo onírico.
Los entrañables relatos cantados de Cri-Cri se podrán disfrutarse en el teatro Julio Castillo (atrás del Auditorio Nacional). Funciones dobles este sábado y domingo a las 11 y 13 horas.