■ En los niños, se confirma su peligrosidad: Universidad de Verona
Los antidepresivos comunes reducen riesgo de suicidio en adultos, descubre estudio
Londres, 4 de febrero. Los antidepresivos comunes, sospechosos de incrementar el riesgo de suicidio en los niños, disminuyen ese peligro en los adultos, según descubrieron científicos italianos.
Los autores de la investigación señalaron que el hallazgo de que estos medicamentos reducen el riesgo de suicidio más de 40 por ciento en los adultos y más de 50 por ciento en los ancianos debería tranquilizar a los médicos.
No obstante, el estudio confirmó que estas medicinas aumentan seriamente el riesgo de suicidio entre los chicos, manifestó el equipo de Corrado Barbui, de la Universidad de Verona, en Canadian Medical Journal.
“Los datos de estudios observacionales deben confirmarle a los médicos que es seguro prescribir (estos fármacos) a pacientes con depresión mayor”, escribieron los autores.
“Sin embargo, los niños y adolescentes deben ser seguidos muy de cerca por la posibilidad de un incremento del riesgo de pensamientos suicidas y suicidios consumados”, agregaron.
Principal causa de muerte
La depresión es la principal causa de suicidio, tercer motivo de muerte entre niños y jóvenes de 10 a 24 años.
Los expertos se centraron en los llamados inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS). La paroxetina o Paxil, de GlaxoSmithKline, y la fluoxetina o Prozac de Eli Lilly, son los antidepresivos más comúnmente recetados.
Los reguladores de Estados Unidos y Europa lanzaron una serie de advertencias públicas sobre el uso de antidepresivos desde 2003, después de que ensayos clínicos demostraron que esos fármacos aumentaban el riesgo de pensamientos y conductas suicidas en niños y adolescentes.
Un análisis de 2007 de la Administración de Drogas y Alimentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) reveló que los ISRS incrementan significativamente el riesgo en los adolescentes, ofrecen protección a los ancianos y son neutrales para los adultos.
Barbui y su equipo revisaron ocho estudios amplios con más de 200 mil pacientes y hallaron los mismos resultados en los jóvenes y los ancianos, aunque difirieron en cuanto a los adultos, al mostrar una clara protección para ellos también.
“Nuestras estimaciones de riesgo son muy similares a las obtenidas por la FDA sólo para los grupos de ancianos y adolescentes”, concluyeron los autores.