Usted está aquí: jueves 5 de febrero de 2009 Opinión México SA

México SA

Carlos Fernández-Vega
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■ Buenas noticias de años atrás son malas hoy

■ Malabares de Guillermo Ortiz

Ampliar la imagen Tanques que transportan petróleo en el campo Daquing de PetroChina, en la provincia de Heilongjiang Tanques que transportan petróleo en el campo Daquing de PetroChina, en la provincia de Heilongjiang Foto: Reuters

Con más voluntad que resultados, el precio del barril de petróleo mexicano de exportación lucha por mantenerse en un nivel medianamente aceptable en condiciones de crisis, aunque ciertamente muy alejado del promedio anual que para efectos presupuestales aprobaron los diputados para el ejercicio fiscal 2009 (70 dólares) y aún más del originalmente estimado por el gobierno calderonista (80.3 dólares).

De una cota cercana a 130 dólares por barril en julio pasado, el precio de la mezcla mexicana de exportación se desplomó en cuestión de semanas, para cerrar 2008 en 34.22 dólares. De allí se incrementó a 40.09 dólares el último día hábil de enero de 2009, para descender a 38.82 dólares ayer, muy alejado de las urgencias de las “despetrolizadas” (Salinas dixit) finanzas públicas nacionales, en especial en tiempos de crisis.

Pero lo que hoy es una mala noticia, casi cinco años atrás era de las mejores. En una nota periodística fechada en agosto de 2004 se lee: “el precio del petróleo mexicano de exportación registra los niveles más altos en toda su historia. Su pico más pronunciado lo registró el día 20 de este mes, cuando el barril se cotizó a 35.85 dólares, nivel récord desde 1970 cuando México comenzó a vender petróleo en mayores volúmenes al mercado internacional. En los últimos seis años, la mezcla mexicana de exportación ha subido 28 dólares si se observa su caída más pronunciada registrada en diciembre de 1998, cuando se desplomó a 7.90 dólares por una sobre oferta de crudo que casi ahoga al mercado mundial”.

El precio que un lustro atrás fue un récord, hoy apenas alcanza para cubrir la mitad de los ingresos petroleros estimados en el presupuesto de egresos de la Federación para 2009. Sin duda, lo anterior ofrece un panorama aterrador del México extremadamente dependiente al que lo ha orillado el modelito económico. Las finanzas públicas dependen en extremo de los recursos petroleros y la economía de lo que dispongan en el vecino del norte, entre otras.

Cuando el gobierno calderonista todavía aseguraba, dientes para afuera, que “¿cuál crisis, si apenas es un catarrito?”, la Secretaría de Hacienda anunció (13 de noviembre de 2008) que “durante los últimos meses realizó, en los mercados financieros internacionales, operaciones de cobertura contra el riesgo de reducciones en los precios del petróleo, con el propósito de proteger el nivel de ingresos petroleros del gobierno federal previstos en la Ley de Ingresos de la Federación 2009 aprobada por el Congreso de la Unión” y “aminorar el efecto sobre las finanzas públicas y la economía nacional”, de acuerdo con el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados, el cual nos regala el siguiente paseo, en un intento por comprender de qué se trata el movimiento hecho por la SHCP.

Las operaciones de cobertura realizadas consistieron en adquirir “opciones PUT” (que otorgan el derecho de venta sobre el precio promedio de la mezcla mexicana de exportación) para el ejercicio fiscal 2009. Dichas opciones le dan al gobierno federal el derecho (más no la obligación) de vender petróleo a un precio promedio de 70 dólares por barril de la mezcla mexicana en 2009. El total cubierto fue de 330 millones de barriles, que equivalen al volumen de exportaciones netas de productos petrolíferos considerado en el paquete económico para el presente año. El costo total de la cobertura fue de mil 500 millones de dólares. Según la SHCP, actualmente se estima que esta cobertura tiene un valor de 9 mil 553 millones de billetes verdes, lo que significa que de materializarse un precio promedio similar a los actuales para todo 2009, el gobierno federal recibiría una compensación de igual proporción.

Las “opciones PUT” funcionan como un seguro en el que se paga una prima al momento de su adquisición y en caso de que el precio promedio de la mezcla mexicana observado durante 2009 se ubique por debajo de 70 dólares por barril, otorgarían un pago al gobierno federal que compensaría la disminución observada en los ingresos presupuestarios. De esta forma, la cobertura permitirá al gobierno federal evitar que las disminuciones en el precio del petróleo afecten la ejecución de los programas contemplados en el presupuesto de egresos de la Federación 2009.

A manera de ejemplo, el referido centro de estudios presenta un ejercicio que ilustra esta operación tomando los datos señalados por la SHCP, cuyos principales elementos son los siguientes: activo subyacente, barriles de petróleo crudo; monto del activo subyacente, 330 millones de barriles; precio del ejercicio, 70 dólares por barril; fecha de vencimiento, 31 de diciembre de 2009 (aunque Hacienda no precisó la fecha de vencimiento del contrato, por lo que se toma la señalada sólo para completar el ejercicio) y costo de la prima o cobertura, mil 500 millones de dólares.

La lectura de este contrato significa que el comprador de un contrato “PUT” tiene el derecho de vender 330 millones de barriles de petróleo crudo, a un precio de ejercicio de 70 dólares por barril y cuyo vencimiento sería el 31 de diciembre de 2009. El costo de la prima es de mil 500 millones de dólares. La posición de comprador, o posición corta del derecho de venta, implica que la SHCP tiene una expectativa a la baja sobre el precio del activo subyacente (barril de crudo), es decir, espera que a futuro el precio sea inferior a 70 dólares.

Ante esta expectativa existen tres posibilidades, suponiendo los siguientes casos: a) si el precio de mercado es mayor a 70 dólares por barril la SHCP no ejercería la opción, ya que en el mercado internacional el precio del barril de crudo estaría por arriba de los 70 dólares y la SHCP tendría el derecho (más no la obligación) a vender en 70 dólares; es decir, obtiene una ganancia, pero se pierde el costo de la cobertura de mil 500 millones de dólares; b) si el precio de mercado es igual a 70 dólares por barril, Hacienda puede ejercer o no la opción, pero se pierde la prima; y c) si el precio es menor a 70 dólares, dicha institución ejercería la opción, con una ganancia equivalente al diferencial entre un barril de 70 dólares y un barril por debajo de ese precio, menos el costo de la prima. En vía de mientras, el barril a 38 dólares.

Las rebanadas del pastel

Quien ya no siente lo duro sino lo tupido es el gobernador del Banco de México. De nada han servido los malabares de Guillermo Ortiz para “equilibrar” el tipo de cambio, el cual llega a 15 pesos por dólar, mientras la institución a su cargo “intervenía ayer en el mercado cambiario ofreciendo dólares directamente a los bancos; en un mecanismo inusual, el banco central llamó por teléfono a algunas instituciones, entre ellas a las filiales mexicanas de Santander, BBVA, Citigroup y HSBC, y les ofreció dólares”, según la agencia Reuters.

 
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