Duras críticas en España a la banca por su política crediticia
Madrid, 4 de febrero. La banca española –dominada en más de 85 por ciento por seis entidades financieras– está siendo objeto de una dura campaña de reproches y críticas por la política crediticia que adoptó desde el estallido de la crisis financiera y económica internacional. Los datos son elocuentes: más de 80 por ciento de pequeñas y medianas empresas que acudieron a los bancos a solicitar un crédito “tuvieron problemas de acceso al financiamiento”, mientras alrededor de 17 por ciento no logró su objetivo, con lo que se prevé que unas 183 mil empresas podrían cerrar por falta de liquidez.
La adversidad y la dureza de la crisis en España se muestra en la frialdad de las estadísticas oficiales: más de 3 millones 300 mil desempleados, una expectativa de crecimiento próxima al cero, temor a superar el 20 por ciento de la población activa sin trabajo y la “larga cuesta” de 2009 todavía por delante. Así las cosas, el gobierno español, del socialista José Luis Rodríguez Zapatero, ha intensificado su presión sobre la gran banca para que libere los créditos a las pequeñas y medianas empresas y a las familias, así como para que matice las severas condiciones impuestas a los morosos, sobre todo a los que deben su casa y están a las puertas de quedarse sin hogar ni trabajo.
Ganancias por 20 mil millones de euros durante 2008
En el diagnóstico general sobre la coyuntura actual hay al menos una coincidencia general en lo que respecta a los sindicatos, al gobierno y a las agrupaciones de pequeños y medianos empresarios: la banca española, a pesar de que ganó en 2008 más de 20 mil millones de euros, ha endurecido las condiciones crediticias y se muestra muy reticente a abrir el grifo de la liquidez para empresas y familias ávidas de este financiamiento para sobrevivir.
Un informe elaborado por el Consejo Superior de Cámaras de Comercio sobre los últimos tres meses demuestra con datos la afirmación de que la banca española le está dando la espalda a las empresas vulnerables a la crisis: 80 de las pequeñas empresas que pidieron crédito tuvieron problemas para obtenerlo, se endurecieron las condiciones hasta ser auténticos contratos leoninos, con lo que se ha “reducido indiscriminadamente” la concesión del crédito a las empresas.
Esta estrategia podría derivar en la inminente quiebra de algo más de 183 mil empresas pequeñas y medianas, es decir las que suman el 17 por ciento que no consiguió el crédito necesario para afrontar los efectos de la crisis.