■ Rivera Carrera, Sandoval Íñiguez y Onésimo Cepeda deben responder por haberlo protegido
Hay responsabilidad colectiva de la Iglesia por abusos de Maciel, advierte José Barba
■ La doble vida del legionario demuestra que no era decente, dice quien en 1997 lo acusó de pederasta
El ex seminarista José Barba, quien en 1997 encabezó una denuncia por pederastia contra el padre Marcial Maciel, advirtió que tras las revelaciones sobre la doble vida del fundador de los Legionarios de Cristo “pueden venir cosas peores”, incluyendo la “responsabilidad colectiva” de varios ministros de la Iglesia católica, entre ellos el arzobispo de México, Norberto Rivera Carrera.
Tras la develación en Estados Unidos de que Maciel tuvo una hija mientras recibía el reconocimiento del papa Juan Pablo II, Barba señaló que “ya es tiempo y es justo que den la cara Rivera Carrera, Juan Salvador Íñiguez, Onésimo Cepeda y otros jerarcas católicos mexicanos, quienes incondicionalmente se pusieron en contra de nosotros, sin tener ni buscar información aclaratoria”, dijo en alusión a las acusaciones que la jerarquía católica revirtió contra las “víctimas de abuso sexual” de Maciel.
Barba aseguró que los referidos jerarcas religiosos no sólo incurrieron en “actos muy irresponsables, sino que efectuaron alianzas incondicionales” para proteger al fundador de esa orden religiosa, incluyendo a otros sacerdotes.
“Hay muchísima gente que debería ser nombrada y hacer que su testimonio salga detrás de las sombras, porque saben perfectamente lo que ocurrió y lo encubrieron. La pederastia se convirtió en un hábito dentro de la legión.”
De acuerdo con el ex seminarista, actualmente catedrático del Instituto Tecnológico Autónomo de México, entre los legionarios que protegieron a Maciel con “falsos testimonios y deben responder se encuentran: Valente Velázquez y José Luis González, quienes usaron el “falso testimonio de uno de los denunciantes que ya estaba muerto”.
También, “gente como el procurador general de la legión, Rigoberto Fernández, quien contribuyó a victimizar a otros (jóvenes); él es de Tangancícuaro, Michoacán, e incluso le cambiaron el nombre a Cristóforo, que además de mentir ni siquiera se atreve a dar la cara”.
De igual manera, mencionó a Juan Manuel Dueñas, quien fue rector del Colegio de Roma; Javier García González, de la ciudad de México; Ramiro Fernández, y otros, como Alfredo Torres, actualmente en Madrid.
“Sobre todo, las personas que movían las interfases, los voceros. En México, los padres Carlos Bravo, Octavio Acevedo y más sacerdotes en Estados Unidos que utilizaban a otros o a sus mismos directores de colegios para mandar circulares destruyendo nuestro prestigio de hombres de bien”, dice en alusión a la embestida que se emprendió contra quienes denunciaron las violaciones.
“Hay responsabilidades eclesiásticas y hay que saber hasta dónde llegan en los ámbitos nacional e internacional”, sentenció Barba.
Asimismo, destacó que fueron muchos los que olvidaron “la decencia básica” para encubrir diversos intereses, y ahora “se demuestra que Maciel no era persona decente, pero tenía todos los elementos para pasar perfectamente porque contaba con un equipo de cortinas que le hacía la corte alrededor”. Sin embargo –advierte–, “la Iglesia tiene que responder seriamente a la irresponsabilidad que ha manifestado antes”.