■ Yishai Jusidman abrió exposición en el Museo Amparo, en Puebla
La pintura “supera el desdén y retorna como expresión artística”
■ México necesita jóvenes pintores que asuman los retos, convoca
■ La muestra “no pretende aparentar una profundidad inescrutable”, dice
Ampliar la imagen Yishai Jusidman, la noche del jueves, durante un recorrido por la muestra Pintura en obra/ paintworks que se inauguró en la capital poblana Foto: Abraham Paredes
Puebla, Pue., 30 de enero. En los años recientes, “en México existe desdén por la pintura. Las personas piensan que ahora lo que importa es el video, la instalación, la intervención; mientras en otras partes del mundo, esa coyuntura ya se vivió”, expresó el pintor Yishai Jusidman (DF, 1963).
“Se pretendía que la pintura ya no iba a regresar y finalmente retorna porque las personas hemos pintado desde que apareció la humanidad, y vamos a seguir pintando, sea relevante o no para quienes deciden”, manifestó quien es considerado uno de los artistas mexicanos más relevantes en la escena contemporánea.
Y en cierto sentido ocurre al revés, pues mientras más nos internamos en una época donde la labor manual parece ser poco frecuente, “cuando se llega a dar tiende a revalorarse más, por el contraste que supone frente a los medios de producción automatizados y mecanizados que rigen la vida de hoy”.
De sus constantes visitas a este país, puesto que radica en Los Ángeles desde hace más de un lustro, opina que ha visto muy pocos jóvenes dedicados a la pintura. “Hace falta y es necesaria la conformación en México de una nueva generación de pintores, que asuman los retos que implica dedicarse a ello”.
Sin embargo, el artista confía en que esta situación “sólo sea un proceso y cambie, como sucedió con el neomexicanismo y, en específico, con la propuesta estética de Julio Galán, con quien resurgió la pintura figurativa de los años 80 y 90, insertándonos de nuevo en el gusto internacional”.
Muestra de “media carrera”
Mientras conversa con La Jornada de la crisis económica que agobia en este momento el mercado del arte en Estados Unidos, del significado de la exposición de “media carrera” que el Museo Amparo le ha organizado en Puebla, conjuntamente con el Museo de Arte Moderno (MAM), del retorno de la pintura por encima de otras expresiones que “estuvieron de moda”, y de su estilo, Jusidman, pintor de origen judío, restaura una cajita dorada que pertenece a la serie Bajo tratamiento, tal vez –a su juicio– su colección más cercana y mejor lograda.
–Debido a su importancia, ¿qué significa esta exposición para usted?
–Es la más importante de mi vida y es una oportunidad muy especial para revisar de nuevo el trabajo que he producido desde finales de los años 80.
“Por supuesto, siempre es bueno ver obra que ha estado lejos de uno, por muchos años, y que ahora regresa. Es como un encuentro familiar.”
–Pero también representa una oportunidad para saber cómo ha evolucionado a lo largo de estos 20 años.
–Sí, te das cuenta de qué tanto de la obra se ha vuelto caduca. En el caso de este trabajo, no ha pasado. Siento que la obra ha aguantado bien en propuesta y calidad, desde el primer trabajo que hice hasta ahora.
–Después del rencuentro con su obra, ¿existe remordimiento por la creación de alguna pieza?, ¿considera que ya caducó?
–No, al contrario. Creo que la obra demuestra que el tiempo no la ha mermado a nivel artístico, aunque físicamente ya vemos que sí –ríe mientras sostiene una pieza a la que procede a restaurar el color.
A ratos permanecemos en silencio para no interrumpir el proceso creativo.
–Si bien su obra es contemporánea, algunas piezas nos remiten a los lienzos de siglo XVII, por su técnica.
–Durante los pasados 40 años, se ha repetido con insistencia que la pintura está muerta o que es irrelevante simplemente por el hecho de que no ha habido innovaciones estilísticas notorias; sin embargo, eso no quiere decir que no podamos recurrir a estilos anteriores y recontextualizarlos.
–¿Eso es válido?
–Sí, y sobre todo es interesante. Estamos en una época en la que podemos hacerlo, tanto por el acceso a la información, a la tecnología, como a los materiales. Y es a partir de la reutilización de técnicas antiguas, por su valor visual y potencial a escala de yuxtaposición histórica, como podemos recuperar estas expresiones.
Caída en el mercado del arte
–Usted radica en Los Ángeles desde hace un lustro, pero con frecuencia visita México. En ese sentido, ¿qué tanto ha afectado la crisis económica que se vive en Estados Unidos al gremio artístico latino?
–El mercado del arte en Estados Unidos, como en cualquier país, prácticamente se paraliza cuando hay una crisis como la actual. Las ventas caen no en 10 o 20 por ciento, sino en 80 y hasta 90 por ciento, porque el arte es lo primero que se deja de comprar cuando no se tiene dinero.
Como artista que vive en Estados Unidos, comentó que su impresión de la labor de las instituciones culturales en apoyo a la producción artística “ha decaído, y cada vez hay más recortes al presupuesto. Es una tragedia.
“Estamos pasando por una crisis económica muy fuerte, y la cultura, que sería lo que nos podría sacar adelante, está sufriendo limitaciones que se aprecian en la poca calidad de exposiciones, y es el público el que sale más perjudicado”.
Desde hace dos semanas, Jusidman está en Puebla. Este viernes inauguró Pintura en obra/ paintworks, en el Museo Amparo, exposición de “media carrera” que concluirá el 10 de abril. Posteriormente viajará a la capital del país para exhibirla en el MAM.
“Es una muestra grande que exhibe más de 90 piezas, en 12 cuerpos, pero también es amena. Es muy fácil que la gente se involucre con mi obra, porque no está hecha para la confrontación gratuita, ni para agredir, y menos para aparentar una profundidad inescrutable.”
La exposición de Yishai Jusidman, distribuida en dos pisos y cuatro salas del Museo Amparo, alberga las colecciones Pintores trabajando, retratos acerca del tema de la atención que ofrecemos a la pintura; El astrónomo, paisajes esféricos basados en los maestros del paisaje naturalista; Los payasos, serie de piezas con técnica veneciana, que busca motivar reacciones complejas y hasta repulsivas en el espectador; Bajo tratamiento, dípticos que traducen las fotografías en pinturas, de pacientes con una patología mental; y en otro punto del museo se encuentran las series tituladas Geishas, Sumo, Mutatis mutandis, Modelos, Abstracciones, Stills y The Economist Shuffle.