Penultimátum
■ Unicidad divina
De última hora, los televidentes amigos de esta columna, y buen número de los enemigos, aseguran haber visto en el canal de las estrellas al presidente del CNCA, Sergio Vela, que, en conferencia de medios, aseguró: “No pienso renunciar a la secretaría de cultura del gobierno del presidente Obama. Me han dado un presupuesto terrífico, tengo más planes que nunca, y el nuevo mandatario en un acto de confianza aprobó mi tesis de que: ‘Sólo la masificación de la ópera devolverá el prestigio moral a Estados Unidos”.
Cuando se le advirtió de su error, don Sergio no se inmutó: “No me disculpo porque sé que Estados Unidos envidia nuestro programa, en especial el énfasis que le hemos dado a la ópera. Wagner no crea empleos pero hace que nos sintamos todos en el Walhalla, el paraíso de los tenores del Rin”. Acto seguido se convocó a una conferencia de prensa para dar fin a los rumores de que sólo habría una conferencia de prensa.
A propósito de la afirmación eclesial expresada en el reciente encuentro mundial de las familias, de que la homosexualidad es contraria a Dios, queremos apoyarla en las palabras del teólogo guanajuatense Francisco Rincón, autor de la inolvidable homilía “Saca a patadas al pecado de tu alma”: “Dios no es sujeto de crédito sexual. Para serlo necesitaría que por lo menos hubiera otro dios como él, y con eso se mataría el monoteísmo. Dios es uno y no hay una Diosa con la que haga pareja. A partir de su unicidad, Dios sabe a las primeras de cambio lo que está en contra de su persona y lo que está a favor. La homosexualidad equivale al narcisismo en la cama, donde la figura del estanque cobra cuerpo y con ello multiplica el pecado. ¿Cómo admitir que Narciso, en lugar de verse a sí mismo todo el tiempo, se manosee?”
Enseguida, el reconocido especialista en asuntos religiosos sostuvo que “la homosexualidad está en contra de Dios por tres razones: A. En algo evita el crecimiento demográfico. B. Disminuye grandemente la posibilidad de incrementar la industria textil con la venta de trajes de novia de cola que llena toda la nave de Catedral, y C. la homosexualidad propicia el monopicorete que a punto estuvo de ser prohibido por las ordenanzas gubernamentales en Guanajuato”.
Luego de esta argumentación del teólogo Rincón, no cabe duda de que Dios ha sido claro desde el principio del mundo. Como bien dijo don Francisco, “Ya es tiempo de establecer bien la historia. Caín y Abel no eran hermanos; vivían en sociedad de convivencia, y Moisés, para no escandalizar, los hizo hermanos”.
Además, el ilustre pensador afirma en uno de sus libros que Adán y Eva fueron expulsados del Paraíso por negarse a contraer matrimonio eclesiástico. Esto contradice lo que se asienta en un códice hallado en el río La Piedad según el cual los casó la serpiente.