■ Anuncia Episcopado jornadas de análisis sobre la inseguridad, en Lago de Guadalupe
Ni la represión ni la carcelización son el camino para combatir la violencia: CEM
■ En las prisiones, “los reclusos sólo se especializan en delincuencia”, lamenta Pedro Arellano
La jerarquía eclesiástica está convencida que la represión y la “carcelización” no son el camino para combatir la violencia e inseguridad que tiene “herido” al país desde hace tiempo, aseguró Pedro Arellano Aguilar, secretario nacional de Pastoral Penitenciaria del Episcopado Mexicano (CEM).
Informó que en los diez años recientes, más de un millón de hombres y mujeres han pisado la cárcel debido a una política gubernamental que ha privilegiado el castigo y no la prevención, situación que sólo ha empeorado la criminalidad, pues es en los centros penitenciarios de todos los niveles de gobierno donde los reclusos “lamentablemente se especializan” en delincuencia y “hasta son reclutados” por el crimen organizado.
Hasta ahora, agregó, ha privado la idea, casi generalizada, de “enviar al Ejército” a esa lucha, pero la violencia genera más violencia y ese, por los resultados vistos, no parece ser el camino correcto.
En entrevista, señaló que los obispos católicos del país, integrados en la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), se encuentran “muy impactados” por los niveles de violencia alcanzados en el país, con secuestros, ejecuciones y levantones que se registran en casi todo el territorio nacional. Esto motivó que en su asamblea plenaria de noviembre pasado, el conjunto obispal encomendara a la Comisión Episcopal de Pastoral Social (CEPS) asumir el tema de seguridad y violencia como prioridad ante la coyuntura que vive México.
Arellano Aguilar, quien hasta 2007 y durante seis años fuera director de Ejecución de Sanciones Penales del Distrito Federal –encargado de otorgar las preliberaciones a los internos de la capital del país–, informó que en cumplimiento de esa encomienda, la Pastoral Social inicia este lunes 2 de febrero, en la Casa Episcopal de Lago de Guadalupe, un ciclo de jornadas sobre seguridad y violencia, a fin de analizar y profundizar la coyuntura que se vive en estos temas, y conocer las experiencias exitosas de otros países sobre la forma en que han abordado, como Iglesia y sociedad, estas mismas realidades.
Del 2 al 4 de febrero, obispos, representantes de organizaciones de derechos humanos y fieles laicos provenientes de casi todas las diócesis del país, conocerán casos reales de Italia, Colombia y el País Vasco.
Hay que recordar que, resultado de aquella asamblea plenaria, los obispos emitieron un mensaje en el que hicieron referencia explícita a esta situación que vive el país “Nos duele en carne propia la situación de un México herido y desencantado por los problemas de inseguridad, secuestros, sobrepoblación en las cárceles, corrupción general, ineficacia en la búsqueda y aplicación de la justicia, narcotráfico, violación de los derechos humanos y crimen organizado”, dice el texto episcopal.
A esta primera jornada, que será presidida por el presidente de Pastoral Social y obispo de Nuevo Laredo, Gustavo Rodríguez, asistirán, entre otros, el presidente de la Comisión de Derechos Humanos del DF, Emilio Álvarez Icaza, y el director del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro, Luis Arriaga. Como invitado especial estará Luigi Ciotti, religioso católico fundador de Libera, organismo que en Italia ha coordinado el trabajo de la sociedad civil en contra de las acciones del crimen organizado.
Pedro Arellano, que ha estado vinculado desde hace casi 30 años al trabajo de la Iglesia, desde el laicado, y uno de los organizadores de dicha jornada, explicó que la finalidad es que la institución eclesiástica vaya asumiendo su papel en este problema, en el que todos deben participar.