Purga en el aparato antidrogas
La captura del ex zar antidrogas de la Procuraduría General de la República (PGR), Mariano Herrán Salvatti, es parte de una estrategia gubernamental para desplazar las viejas estructuras de poder encargadas de combatir al narcotráfico, debido a que fueron infiltradas por el crimen organizado, aseguró ayer Guillermo Garduño, académico de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) experto en seguridad nacional.
Humberto Hernández Haddad, quien fue cónsul general de México en San Antonio, Texas, durante el sexenio del presidente Ernesto Zedillo, apuntó que a los fiscales antidrogas José Luis Santiago Vasconcelos y Noé Ramírez Mandujano –que sucedieron a Herrán Salvatti a finales de la década pasada– también fueron excluidos de las estructuras antidrogas.
José Luis Santiago Vasconcelos –quien murió en noviembre pasado en el accidente aéreo en que también pereció el entonces secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño– fue retirado del puesto de subprocurador de Asuntos Internacionales de la PGR a finales del año pasado, antes de que se revelaran los presuntos vínculos de altos funcionarios de esa dependencia con narcotraficantes.
Ramírez Mandujano está arraigado y se le investiga porque un operador de los hermanos Beltrán Leyva aseguró que el ex fiscal antidrogas recibió sobornos millonarios del crimen organizado.
Cuando Mariano Herrán Salvatti estuvo a cargo de la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos contra la Salud (FEADS), en 1997, Santiago Vasconcelos era uno de sus subordinados. Cinco años después Ramírez Mandujano llegó a la PGR.
Estas circunstancias “obligan a hacer una urgente reforma de las procuradurías para revisar sus estatutos y su funcionamiento, y para endurecer los criterios de selección de los fiscales y procuradores”, refirió Hernández Haddad.
Según Guillermo Garduño, esta depuración revela que el crimen organizado se ha convertido en parte de las estructuras de poder.