■ Participan hoy los bolivianos por primera vez en un referendo
Amenaza la derecha de Bolivia no acatar la Constitución si gana en sus regiones el no
Ampliar la imagen El presidente Morales, durante una gira proselitista en Shinaota Foto: Ap
La Paz, 24 de enero. Por primera vez en la historia política de Bolivia sus ciudadanos acudirán este domingo para definir con su voto la aceptación o rechazo de un proyecto de nueva Constitución Política que define al Estado boliviano como “unitario social de derecho plurinacional comunitario”, con autonomías e “independiente de la religión”, que “garantiza” la libre determinación “de las naciones y pueblos indígenas originarios y campesinos”.
En un contexto de polarización y ante la presencia de observadores internacionales, 3 millones 891 mil 397 bolivianos –de una población total de casi 10 millones– decidirán con un sí o un no el destino de este proyecto constitucional, y habrán de dirimir al mismo tiempo si la extensión máxima de la tenencia de la tierra será, a partir de hoy y sin retroactividad para las propiedades ya existentes, de 5 mil o 10 mil hectáreas, un articulado que la derecha en el campo rechaza.
El presidente Evo Morales declaró hoy a medios de comunicación internacionales que “si en algunos departamentos ganara el no, se respeta, pero el referendo es vinculante a escala nacional; si gana (el sí) a escala nacional tengo la obligación de hacer respetar las normas”, en respuesta a la oposición de derecha que advirtió que si la propuesta es rechazada en sus departamentos no acatará la nueva Constitución en sus regiones.
Otro punto controvertido es que el nuevo texto constitucional establece la segunda vuelta en la elección presidencial y la relección continua, por una sola vez, de presidente y vicepresidente. Ésta ya existía en la actual Constitución, pero había que dejar pasar un periodo presidencial para volverse a presentar a las elecciones.
Sobre ese tema, cuya relección del mandatario rechaza la oposición de derecha, Morales descartó la posibilidad de adelantar este año los comicios generales si gana el sí para su eventual relección.
“Nunca nos pasó por la mente adelantar las elecciones”, aunque el mandatario comentó que “si se hace un adelanto de elecciones, tendría que ser objeto de un gran acuerdo nacional”.
Culminará así un proceso que en su última etapa, la de las campañas por el sí y por el no al proyecto de nueva Carta Magna, que alcanzó niveles de beligerancia y polarización que llevaron a que una “Iglesia re-unida” pusiera en los espots televisivos consignas tales como “vota por Dios, vota no”, o que el presidente Morales planteara que “gonismo (los partidarios del destituido presidente Gonzalo Sánchez de Lozada) y corrupción, derecha y corrupción son los que se oponen a la nueva Constitución Política”.
Sin embargo, el veredicto de las urnas no será un punto final a la larga pugna, en ocasiones violenta, sobre el poder y el destino del país entre los grupos políticos tradicionales que perdieron el mando en 2005 y se atrincheraron en las regiones, y un nuevo bloque de poder emergente que ganó en el plano nacional, como caracterizó la situación el vicepresidente de la república, Álvaro García Linera.
Ésto, porque los partidarios del no, encabezados por los derechistas comités cívicos y las autoridades prefecturales de los departamentos de la “media luna” –Santa Cruz, Tarija, Beni y Pando, además de Chuquisaca–, han advertido, en diferentes tonos, que el rechazo a la nueva Constitución ganará en esas cinco regiones, y entonces las cosas se van a complicar en el país porque impedirán su aplicación en sus distritos.