■ Continúan los reportes sobre despidos, pérdidas empresariales y debilidad de la banca

Obama concentra su labor en el tema económico; cabildea plan de recuperación

■ El mandatario estadunidense se reunió con legisladores para instarlos a que alcancen acuerdo

David Brooks (Corresponsal)

Washington, 23 de enero. En su tercer día completo de trabajo, Barack Obama se enfocó en el tema de la economía después de abordar en el primero el asunto de la transparencia en el gobierno y en el segundo políticas exteriores y de seguridad nacional. En todos enfatizó el tema de su campaña presidencial: “el cambio”.

La esperanza que generó la llegada de Obama a la Casa Blanca se manifestó en todas las esquinas del país a lo largo de esta semana, menos en Wall Street.

Justo después de su discurso en la ceremonia de inauguración del martes, la bolsa de Nueva York se desplomó unos 300 puntos. Y cada día de esta semana continuaron los anuncios de despidos masivos, informes de pérdidas empresariales y la situación aún sumamente frágil de algunos de los principales bancos del país.

Por vez primera, además de la sesión informativa diaria sobre seguridad nacional –que recibe un presidente de sus jefes de inteligencia y militares–, Obama ordenó que también haya todos los días una reunión informativa sobre la economía (encabezada por su asesor económico Lawrence Summers).

Hoy, el mandatario dedicó la mayor parte del día al tema de la crisis económica, con enfoque en la promoción de un paquete de recuperación económica por 825 mil millones de dólares. Se reunió con líderes legislativos de los dos partidos para presionarlos, con el fin de que alcancen un acuerdo para promulgar el paquete en febrero. Aunque reconoció ante ellos que esto es un esfuerzo difícil, dijo que es esencial para generar de tres a cuatro millones de empleos y reactivar la economía. Recordó: “estamos enfrentando una crisis económica tal vez sin precedente, y la situación que prevalece ahora no es prometedora. Francamente las noticias no son buenas”, subrayó.

Aunque aún no hay consenso en torno al paquete –la minoría republicana reitera su viejo argumento de que favorece poner mayor énfasis en la reducción de impuestos que más gastos de fondos públicos–, será muy difícil frenar a Obama en este momento por la combinación de la presión pública para que los políticos actúen frente a la crisis y la enorme popularidad y vasto capital político de los que (por ahora) goza el nuevo presidente.

De hecho, el líder de la bancada republicana del Senado, Mitch McConnell, indicó hoy que espera que se logre armar el paquete económico para mediados de febrero, como había solicitado el gobernante.

La crisis no ofrece un panorama optimista. Los bancos, a pesar de los cientos de miles de millones invertidos en el sector financiero, aún no han descongelado el crédito. Por su parte, empresas antes tan invulnerables a los problemas de la economía, por ser dominantes en sectores claves, anuncian ahora despidos masivos por vez primera. Fue el sorprendente caso de Microsoft esta semana, al afirmar que desaparecerá unos 5 mil puestos.

Dos símbolos del poder económico estadunidense son buenos ejemplos de las dimensiones de la crisis que enfrenta Obama. Esta semana, por primera ocasión en sus 77 años de historia, General Motors cedió el primer lugar como la empresa automotriz más grande a la japonesa Toyota. Por otro lado, ayer cayó otra de las figuras más poderosas de Wall Street. Renunció John Thain como ejecutivo en jefe de lo que fue la empresa financiera más grande de Wall Street: Merrill Lynch. Ahora, con su antes formidable empresa perdiendo miles de millones de dólares y desde hace unos meses adquirida por el Bank de America, el más grande del país, Thain, quien también fue presidente de la Bolsa de Valores de Nueva York, fue cesado.

Pero con ello también se reveló que Thain, cuando estallaba esta gran crisis, dedicó más de un millón de dólares a redecorar su oficina, mientras el gobierno federal inyectaba otros 20 mil millones a la empresa (ya como parte del Bank of America), después de que la primera entrega de un monto parecido aún no ofrecía estabilidad a esa entidad.

Hasta Obama hizo referencia hoy, sin mencionar nombres, a Thain. Insistió en que se redoblarán los esfuerzos de transparencia y rendimiento de cuentas en torno al uso y manejo de los fondos públicos por empresas beneficiadas.

Obama desea impulsar el paquete de recuperación económica en unas tres semanas. Hoy, cuando un senador republicano se atrevió a expresar sus diferencias sobre un aspecto de la propuesta, el nuevo presidente le recordó, suave pero de manera firme, que hubo una elección y que él fue quien la ganó.

Otro cambio

Obama continuó hoy revirtiendo aspectos de la política de George W. Bush firmando una orden ejecutiva que anula la prohibición de otorgar asistencia estadunidense a organizaciones internacionales que ofrecen, en sus programas de salud para mujeres, servicios o información sobre la opción del aborto. Esa prohibición ha sido revertida varias veces. Primero fue impuesta por Ronald Reagan, anulada por Bill Clinton y restituida por Bush.

Con ello concluyó la primera semana de Obama, que incluyó órdenes para anular algunas de las políticas más condenadas de Bush, desde operaciones secretas de su gobierno, tortura y el centro de detención de Guantánamo.

Apenas empieza y las expectativas no podrían ser más altas en una coyuntura de crisis tal vez sin igual en la historia del país.