Los de Abajo
■ Los Sin Techo
En Argentina más de 3 millones de personas no tienen vivienda o residen en condiciones precarias. La situación, que se agrava en algunas provincias y en el conurbano bonaerense, las lleva a ocupar terrenos y crear asentamientos. Buscando alternativas miles de familias se han organizado en el movimiento Sin Techo, con el objetivo primario de tener un lugar para vivir y en un segundo momento construir un modo de vida autogestivo y colectivo, creando nuevos lazos comunitarios y una cotidianidad barrial que se ha perdido en las grandes ciudades. El mecanismo de los Sin Techo es la toma de predios y casas abandonadas, en los que ellos levantan o acondicionan viviendas, huertos y centros culturales, pues si no hay organización la vida en los asentamientos es realmente miserable.
El pasado 15 de enero, 65 familias del barrio Pueyrredón, de Mar del Plata, organizados en la junta vecinal de los Sin Techo, ocuparon un predio con 60 viviendas, la mitad de ellas terminadas y no adjudicadas por el municipio y el resto a medio construir. Las casas fueron abandonadas por las empresas constructoras por falta de presupuesto.
La ocupación, relatan los Sin Techo, “no se limita sólo al reclamo de una vivienda, sino que pretende ser un proyecto autogestivo de mayor envergadura”. Ya han empezado a desarrollar huertas comunitarias y a relacionarse con grupos culturales, de artistas, universitarios, docentes, trabajadores y trabajadoras, organizaciones sociales y los propios vecinos de la zona, que apoyan sus iniciativas.
En un país con tan alto déficit de vivienda es inconcebible que durante años se mantengan predios deshabitados o construcciones en obra negra inhabilitadas para vivir. Barrios precarios, asentamientos sin servicios esenciales, caserones maltrechos que funcionan como viviendas multifamiliares, familias hacinadas, son la realidad que padecen millones de habitantes. Tan sólo en el barrio de Pueyrredón fueron empadronadas más de 200 familias y se constataron los graves problemas de vivienda que padecen. Sin embargo, lejos de solucionar el problema, la respuesta gubernamental es la amenaza de desalojo.
En 2001 existían en Argentina poco más de 10 millones de viviendas para 36 millones de habitantes. De ese total se estima que más de 500 mil están ahora en condiciones inhabitables; 1,6 millones están deterioradas pero son eventualmente recuperables, y en otro millón las familias viven en condiciones de hacinamiento. Los Sin Techo, sin duda, tienen mucho que hacer. Por lo pronto, evitar el desalojo del barrio de Pueyrredón.