■ La pianista fue nombrada coordinadora nacional de Música y Ópera del INBA
Apoyar a jóvenes talentos, entre los ejes de la gestión de María Teresa Frenk
■ No busca transformar ni renovar, sólo “que la casa funcione bien”, expresa a La Jornada
■ Se estructurará una programación intensa que abarque todos los rincones del país, ofrece
Ni transformar ni renovar, mucho menos revolucionar. La principal misión que la pianista María Teresa Frenk se ha impuesto al frente de la Coordinación Nacional de Música y Ópera es menos pretenciosa: “que la casa funcione bien”.
Designada en esa dependencia del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) apenas el lunes, la también docente tiene muy claro que su principal desafío consiste en sacar el máximo provecho a los recursos económicos, materiales, pero sobre todo humanos con los que cuenta esa instancia.
Difusión, un problema
En entrevista con La Jornada, la funcionaria rechaza haberse sacado la rifa del tigre con el nombramiento y se dice “muy feliz de la posibilidad de poder servir y así retribuir mucho de lo que he recibido del INBA”.
Entre lo que ha recibido del instituto, comenta, se encuentra su formación en el Conservatorio Nacional, una beca para estudiar en Alemania y, desde hace 15 años, ser parte de los concertistas que agrupa la coordinación que ahora encabeza, plaza esta última de la que debió pedir licencia.
“Me pusieron en este lugar porque saben que voy a hacer muchas cosas por la música mexicana”, responde convencida la intérprete, quien asegura que la instancia a su cargo “funciona y ha funcionado muy bien”.
Ese buen funcionamiento se debe sobre todo, precisa, a que en ella se encuentran algunos de los mejores músicos del país.
“El único problema es la cuestión de la difusión; nos hace falta hacer mucho en ese sentido, para que la sociedad conozca lo que los artistas mexicanos están haciendo”.
El plan de acción que regirá el quehacer de María Teresa Frenk, subraya, tiene como principal baluarte el correcto aprovechamiento de los recursos humanos, luego de que pasadas administraciones, en su opinión, han dejado de lado ese aspecto por “atender lo urgente en vez hacer lo importante”.
Ese aprovechamiento, explica, consistirá en estructurar una programación intensa que abarque todos los rincones del país, en la que participarán no sólo los instrumentistas, ensambles, orquestas y coros de la coordinación, sino también artistas externos.
Para lograr este cometido, adelanta que firmará convenidos con instituciones públicas y también con el sector privado, los cuales, entre otros aspectos, permitirán la apertura de nuevos espacios, que hasta la fecha permanecen desaprovechados, para conciertos y conferencias.
Formación de nuevo público
El apoyo a los jóvenes talentos es otro de los ejes del proyecto de Frenk, área que considera se ha matenido olvidada; y, además de presentaciones, para dar cauce a ese punto tiene planeado apoyarse en concursos.
En principio, aprovechar los ya existentes, como el de Piano Angélica Morales y el de Canto Carlo Morelli, pero también crear nuevos, entre ellos uno de composición, así como de otros instrumentos.
No obstante que desconoce el presupuesto con el que se trabajará este año, María Teresa Frenk descarta que la crisis económica afecte la dinámica de la coordinación de música y ópera.
“Aunque en un momento dado hubiera un recorte, estoy segura de que pueden hacerse muchas cosas”, sostiene. “Estoy convencida de que lo que quieren los artistas es tocar mucho, aunque por cada actividad se les pague relativamente poco.”
La pianista tiene la convicción de que este énfasis en la programación de conciertos y actividades en torno de la música que propone necesariamente repercutirá en la conformación de nuevo público. “Vamos a educar a nuestro pueblo”, finaliza. “Educar en el buen sentido, porque la música ordena la cabeza y la sensibilidad”.