■ Presentan los restos de la aeronave; los resultados definitivos se difundirán en octubre
No hay indicios de falla mecánica en el Learjet que transportó a Mouriño, insisten
Las autoridades aeronáuticas encargadas de investigar el hecho en que murió el ex secretario de Gobernación Juan Camilo Mouriño señalaron que no se han encontrado indicios de fallas mecánicas en los componentes analizados, o falta de mantenimiento como causantes del siniestro, y reiteraron que en este punto la hipótesis más sólida sigue siendo la falta de pericia de los pilotos del Learjet 45 cuando se encontraron con la estela de turbulencia que dejó un avión que les precedió, “aunque sería un error descartar cualquier otra” teoría.
Al mostrar la reconstrucción de la aeronave con los restos encontrados en Paseo de la Reforma, el director de Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA), Gilberto López Meyer, rechazó las acusaciones de familiares de los pilotos que tripulaban el Learjet 45 que se desplomó el 4 de noviembre pasado, y puntualizó que con la investigación emprendida no se busca “difamar, acusar o perdonar a nadie, sino esclarecer los hechos”.
El funcionario señaló que además de la pérdida de control de los pilotos ante la estela de turbulencia, “alrededor pudiera haber otros elementos como una notoria tardanza en el proceso de desaceleración de la velocidad”.
Dijo que falta analizar muchas evidencias, “pero así como la posibilidad o no de que hubiera habido una falla mecánica está en un proceso intermedio; también está en un proceso intermedio la posibilidad de que hubiera habido errores humanos, al igual que la probabilidad de problemas de mantenimiento”.
En tanto, el director de Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano, Agustín Rodríguez Arellano, dijo que si bien hubo “un error de dedo” por parte del controlador que en el plan de vuelo etiquetó al avión como un Learjet 25, los controladores en turno sabían bien de qué aparato se trataba.
Asimismo, dijo que la primer auditoría realizada por la Organización Internacional de Aviación Civil demostró que los servicios de tránsito aéreo cumplieron con las normas internacionales, “en la revisión de los anexos correspondientes a fraseología, a procedimientos aplicados a acciones de control, no se encontraron desviaciones contra los procedimientos establecidos”.
Durante la visita al hangar en el que se reunieron los restos de la aeronave los funcionarios detallaron las piezas encontradas desde la punta del avión hasta la cola, pasando por la cabina de pasajeros, en la que se observaron restos de los asientos, una de las alas se mostró incrustada en uno de los dos vehículos que se trasladaron al hangar como evidencia, así como restos de los motores.
No encontraron objetos ajenos a la nave
Entre las piezas se observó el parabrisas de la cabina doblado pero sin muestras de que el impacto haya sido de frente o que se hubiera producido una explosión; se vieron restos de ventanillas; mascarillas que no fueron usadas; extinguidores, se descubrió que había una tercer turbina para suministro eléctrico, así como un tercer tanque de combustible en la parte trasera, “no hay nada que no pertenezca a la aeronave”.
López Meyer y Arellano insistieron en que todas las pruebas de laboratorio realizadas hasta el momento en Estados Unidos y Europa no arrojan indicios de que se haya producido alguna falla mecánica; sin embargo, hay cajas llenas de elementos “críticos” en vías de análisis que podrían variar o confirmar esta hipótesis.
“Lo que tenemos es que en este accidente hubo una pérdida de control y que todo indica se debió al encuentro con la turbulencia”; sin embargo, puntualizó López Meyer, “alrededor de eso puede haber otros elementos como el factor humano, la tardanza en el proceso de desaceleración”, y “pudiera haber otros, por eso hay un grupo de factores humanos”.
López Meyer señaló que los resultados absolutos de la investigación se tendrán hasta octubre del año en curso, mientras tanto deben considerarse todas las posibilidades, ya que de los contrario se estaría incurriendo en un error.