■ Mil 529 secciones electorales enfrentan esta problemática, sostiene un informe del instituto
Inseguridad y narcotráfico ponen en riesgo la labor de capacitadores del IFE
■ En el documento de la comisión responsable se dice que Iztapalapa es más peligrosa que Ciudad Juárez
De acuerdo con un informe de la Comisión de Capacitación y Organización del Instituto Federal Electoral (IFE), de las 13 mil 570 secciones que se reportan con requerimientos de “atención especial”, mil 529 enfrentan problemas acentuados de inseguridad pública, narcotráfico o actividades ilegales. En el citado documento destaca que en algunos casos se han detectado riesgos para capacitar debido a inseguridad permanente, grupos armados, venta de droga y hasta “pistas de narcoaterrizaje”.
En el informe distribuido por la comisión sobresalen datos como el que una localidad que enfrenta graves problemas de narcotráfico, como Ciudad Juárez, Chihuahua, solamente se tienen registradas tres casillas electorales con esos riesgos. En contraste, en el distrito 22 de la ciudad de México, en la delegación Iztapalapa, hay reporte de 100 secciones con problemas serios de inseguridad.
Los reportes de las juntas distritales tienen por objeto alertar a las autoridades centrales del instituto sobre la problemática que enfrentarán los supervisores y capacitadores electorales para realizar su función de preparar a los funcionarios de casilla.
En esos problemas se incluyen desde zonas que tienen tal nivel de migración que hay un alto porcentaje de ciudadanos no localizados, hasta secciones con problemas serios de conflictos religiosos, que igualmente complican las labores. Las 13 mil 570 secciones representan alrededor de 10 por ciento del total que hay en el país.
Se indica que en aquellas casillas que reportan problemas de inseguridad existen referencias tales como pistas de narcoaterrizaje (Mexicali), gran número de personas sin un modo honesto de vivir (también Mexicali); venta y consumo de drogas, asaltos a mano armada (delegación Gustavo A. Madero); zonas con grupos armados, gavillas, tráfico de estupefacientes, actividades vinculadas al narcotráfico (Durango); zona de venta de drogas, prostitución, alta migración (Tijuana).
Sinaloa tiene, según el informe, dos secciones con actividad del narcotráfico y tres con presencia de grupos armados; Sonora da cuenta de 117 secciones de alta inseguridad; Michoacán sólo informa de dos lugares con presencia del narcotráfico. En Chihuahua, entidad con el más alto número de ejecuciones en el país, el reporte es de solamente 25 secciones con problemas de inseguridad. En algunos casos, los comunicados de las juntas solicitan reforzar la presencia de los capacitadores a efecto de que en algunas zonas de riesgo los funcionarios electorales no acudan solos a realizar sus tareas.
Entre las secciones de atención especial un problema recurrente es el analfabetismo y también regiones donde la población es mayoritariamente indígena y sólo habla su lengua; en conjunto suman 2 mil 248 secciones.
Si la falta de escolaridad en algunas entidades es un problema, para otras secciones, ubicadas en barrios residenciales de las grandes ciudades, esto se convierte en un obstáculo por su apatía para participar.
La migración es un fenómeno que también se presenta recurrentemente como problemática para la organización de las elecciones, pues hay 4 mil 438 secciones en el país donde los capacitadores registran dificultades para encontrar a los ciudadanos. En otras zonas, particularmente las fronterizas, hay una gran proporción de población flotante y muchos ciudadanos que tienen ahí su domicilio electoral, pero que sólo están por temporadas.
Hay otros lugares que requieren atención especial por enfrentar problemas de salud pública, tales como alcoholismo, drogadicción, enfermedades endémicas y asociadas a la pobreza, además de una elevada tasa de prostitución.
El reporte elaborado por la dirección de capacitación, entregado a la comisión respectiva, da cuenta de otro subgrupo de secciones con requerimientos especiales y que son ubicados como sitios que padecen diversos grados de conflicto social, ya sea de origen religioso, agrario, interétnico o político.
Sostiene que de los 300 distritos electorales en el país, 195 presentaron problemáticas como las anteriormente mencionadas. Esto es un signo de alerta para que el IFE refuerce las estrategias, ante la perspectiva de tener que recurrir a otros esquemas para integrar a los funcionarios de casilla.