Usted está aquí: martes 20 de enero de 2009 Mundo Washington sigue de fiesta; hoy, la ceremonia de asunción de Obama

■ Bush conmuta sentencias a dos agentes fronterizos que hirieron a un mexicano en 2005

Washington sigue de fiesta; hoy, la ceremonia de asunción de Obama

■ El presidente electo participa en las jornadas para honrar la memoria de Martin Luther King

■ En el parque Dupont Circle invitan a aventarle un zapatazo a una figura del mandatario saliente

David Brooks (Corresponsal)

Ampliar la imagen En una protesta de despedida a Bush frente al Capitolio, un manifestante disfrazado escribió en su manta: "La muerte agradece a Bush y Cheney por ocho años de prosperidad, caos, asesinatos, tortura y destrucción. Muchachos, ustedes saben cómo organizar un baño de sangre" En una protesta de despedida a Bush frente al Capitolio, un manifestante disfrazado escribió en su manta: “La muerte agradece a Bush y Cheney por ocho años de prosperidad, caos, asesinatos, tortura y destrucción. Muchachos, ustedes saben cómo organizar un baño de sangre” Foto: Reuters

Washington, 19 de enero. A 24 horas de la toma de posesión de Barack Obama, las calles de esta capital están pletóricas de un arcoiris de gente que ha llegado para atestiguar un suceso que muchos aún no pueden creer: la llegada de un afroestadunidense a la Casa Blanca, al tiempo que no cesan los festejos por la salida de George W. Bush.

Mientras Obama participaba en la “Jornada de servicio” convocada hoy en honor del Día de Martin Luther King, que llama a los estadunidenses a hacer trabajos de asistencia comunitaria, también se realizaron toda una serie de eventos, desde fiestas a protestas, conciertos, cenas y todo tipo de reuniones y foros.

En el parque de Dupont Circle, un muñeco inflado con la figura de Bush, de unos cinco metros de alto, está rodeado de ciudadanos. Alguien cuenta: “una, dos, tres... ¡ya!” y todos arrojan a la vez un torrente de zapatos. Fue tan feroz el ataque que el muñeco comenzó a desinflarse y a caer, como si fuera la estatua de Saddam Hussein. La inflan de nuevo, y todo el que pase por ahí está invitado con gusto a lanzarle zapatos en medio de risas.

“Queremos que rinda

cuentas por lo que hizo”

Un organizador del acto, José Jorge Rodríguez (quien resulta ser hijo de mexicanos), cuenta a La Jornada que forma parte de una iniciativa para arrestar a Bush. “Lo que queremos es hacer justicia para sus víctimas. En este país hay una ley para la gente pobre y otra para los poderosos, y por eso, si podemos arrestarlo ya cambiaría algo eso; es necesario que Bush rinda cuentas por todo lo que hizo.”

Hoy, Bush, en uno de sus últimos actos como presidente, decidió conmutar las condenas de dos agentes de la Patrulla Fronteriza que en 2005 dispararon e hirieron a un mexicano sospechoso de transportar mariguana. Ignacio Ramos y José Compean, quienes intentaron encubrir el delito, fueron sentenciados a 10 años de cárcel en un incidente que provocó controversia, tanto por quienes señalaban esto como otra razón para una reforma migratoria, y otros que deploraban el juicio contra dos oficiales que cumplían con su deber de “proteger” al país.

Bush afirmó que no perdonaba a los dos agentes por el delito, sino que consideraba exagerada la condena, y por ello la conmutación. Con ello, ambos saldrán libres en un par de meses, luego de cumplir unos dos años en prisión.

Pero Bush casi ya no está presente aquí. La imagen de Obama inunda el panorama, está en todas las portadas de revistas, en carteles, en la televisión, en playeras, en bolsas... hasta en los boletos de metro. Hoy Obama visitó a soldados convalecientes, a grupos de asistencia para indigentes y sin techo, y habló en una escuela secundaria con las familias, todo como parte del mensaje de servicio social.

Por todas partes, y particularmente por la afroestadunidense, se repite: “nunca creí que viviría para ver el día en que llegara un negro a la Casa Blanca”. Una encuesta de CNN registró que 69 por ciento de los afroestadunidenses cree que con esto la visión de Martin Luther King se ha cumplido.

Pero depende de cuál visión de King, ¿la de 1963 o la de 1968?

“He visto la tierra prometida; tal vez yo no llegaré con ustedes, pero llegaremos”, declaró el gran líder del movimiento de derechos civiles en 1963 al expresar su “sueño” de un país donde ninguna persona sería juzgada por el color de su piel, y donde todos gozarían de los mismos derechos. Esa es la que se celebra en los actos oficiales y en las escuelas en este día para honrar el natalicio de King.

Pero para 1967, la demanda por la igualdad racial fue ligada a la lucha contra la guerra, el militarismo imperial, y la injusticia económica, o sea, al “sistema” estadunidense. En 1967 declaró: “Yo sabía que nunca más podría elevar mi voz contra la violencia de los oprimidos en los ghettos sin primero hablar claramente ante el más grande proveedor de violencia en el mundo hoy día: mi propio gobierno”, declaró Martín Luther King en la iglesia Riverside.

Ahí llamó por una “revolución de valores” dentro de este país. Afirmó que alguien había dicho que Estados Unidos estaba del lado equivocado de una “revolución mundial”, y agregó que “durante los últimos diez años hemos visto surgir un patrón de supresión que ahora ha justificado la presencia de ‘asesores’ militares estadunidenses en Venezuela. La necesidad para mantener la estabilidad social para nuestras inversiones explica la acción contrarrevolucionaria de las fuerzas estadunidenses en Guatemala. Nos dice por qué los helicópteros estadunidenses se utilizan contra la guerrilla en Colombia y por qué el napalm estadunidense y las fuerzas de boinas verdes ya han estado activas contra rebeldes en Perú. Con tal actividad en mente, las palabras de John F. Kennedy regresan para espantarnos. Hace cinco años dijo: ‘Quienes hacen imposible la revolución pacífica harán inevitable la revolución violenta’. Cada vez más, por decisión o por accidente, éste es el papel que ha asumido nuestra nación, al rehusar ceder los privilegios y placeres que resultan de las ganancias inmensas de la inversión en el exterior”.

King advirtió: “cuando las máquinas y las computadoras, las ganancias y los derechos de propiedad son considerados más importantes que la gente, los trillizos gigantescos del racismo, el materialismo y el militarismo son inconquistables”.

Por ahora, esas palabras no se han resucitado en estos actos de la sucesión que tanto giran en torno a la imagen de King. Pero sus ecos son tan contemporáneos como siempre.

Mientras tanto, procede la transición. Según el comunicado oficial de la Casa Blanca, el martes será así:

10:05 el presidente Bush invita un café a los Obama y a líderes del Congreso.

10:45 el presidente Bush acude al Capitolio.

11:30 el presidente Bush participa en la ceremonia de toma de posesión y de repente, la siguiente línea afirma:

13:25 el ex presidente ofrece últimos comentarios antes de salir de Washington.

 
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