■ La SEP repartirá en secundarias una edición especial de Las batallas en el desierto

El INBA reconocerá con un homenaje a José Emilio Pacheco en su 70 aniversario

■ “Me gustaría pensar que escribo con sabiduría, pero creo que carezco por completo de ella”, afirmó el autor de El principo del placer en una entrevista con este diario en 2006

Fabiola Palapa Quijas

Con motivo del 70 aniversario del natalicio de José Emilio Pacheco, uno de los mejores poetas vivos del país, el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), por medio de la Coordinación Nacional de Literatura, rendirá el próximo junio un homenaje al autor de El reposo del fuego, No me preguntes cómo pasa el tiempo, Desde entonces y El principio del placer, entre otros títulos.

El escritor, quien ha sido galardonado con los premios nacionales de Poesía y de Periodismo Literario, así como el Xavier Villaurrutia, tiene tres proyectos editoriales: Los días que no se nombran; Todo se va, título que posiblemente cambiará, porque existe un texto similar de una joven cubana, y un volumen que recopila versiones poéticas que ha realizado a lo largo de varios años.

Como parte de las celebraciones en honor del escritor, la Secretaría de Educación Pública (SEP) anunció que realizará una edición especial del libro Las batallas en el desierto, que será distribuida en las secundarias del país.

José Emilio Pacheco ha señalado que la poesía logra darnos plena conciencia de estar vivos. Con sus palabras ayuda a entender el mundo y recomienda aprovechar el tiempo. También ha enriquecido la literatura con sus traducciones y variaciones de poemas procedentes de las más inesperadas latitudes.

La sangre de Medusa fue la primera obra de Pacheco, que se publicó en los Cuadernos del Unicornio, editados por Juan José Arreola, donde acogió todos los géneros literarios.

Acerca del desarrollo y madurez del poeta, Sergio Pitol ha expresado que desde que lo conoció le impresionó “su instinto y su capacidad para encontrar conexiones en los diferentes campos del saber y las distintas franjas de la historia”.

Asimismo destacó que, como los hombres del Renacimiento, el poeta intuyó muy pronto “que la sabiduría consiste en integrar todo en todo, lo grandioso con lo minúsculo, el hermetismo con la gracia, lo público con el sigilo”.

Pitol señaló que a partir de la aparición de La sangre de Medusa Pacheco se convirtió en el polígrafo perfecto, quien en poco tiempo dominó los campos más diversos de la actividad literaria. “Su mano ha tocado todos los géneros: la poesía, el cuento y la novela, el teatro, el ensayo y la crónica.”

En entrevista con La Jornada en 2006, a propósito de su visita a España, donde recibió el Premio Federico García Lorca, el poeta explicó que “cuando uno escribe siempre son tentativas, cosas que uno hace en la oscuridad; me gustaría pensar que escribo con sabiduría, pero creo que carezco por completo de ella. Es muy raro el procedimiento de cómo aparece un poema (...) A veces se te ocurre una línea, pero al final puede salir o no. La gran mayoría de lo que escribo son tentativas fallidas, que no van a ningún lado”.

Pero en libros como Los elementos de la noche, El reposo del fuego o No me preguntes cómo pasa el tiempo Pacheco presenta una poesía elegante, apoyada en valores rítmicos, y trata los temas sociales sin caer en el lugar común.

Sobre la obra poética de José Emilio Pacheco, Pura López Colomé ha escrito: “habla a los hombres en un lenguaje carente de artificios y verdaderamente empleado por ellos, comunicándoles un propósito que espontáneamente rebosa sentimientos poderosos”.

Prosa y poesía con enfoque universal

José Emilio Pacheco nació el 30 de junio de 1939 en la ciudad de México. Empezó a figurar en el panorama cultural desde muy joven, gracias a su dominio de las formas clásicas y modernas y al enfoque universal de su poesía. También se ha consagrado como excelente traductor y ha trabajado de director y editor de colecciones bibliográficas y diversas publicaciones y suplementos culturales.

Ha sido docente universitario e investigador al servicio de entidades gubernamentales.

En su narrativa describe el mundo de la niñez, la adolescencia y el apocalíptico deterioro de la ciudad de México; como muestra están sus obras: El viento distante y otros relatos (1963), El principio del placer (1972) y Las batallas en el desierto (1981).

En Morirás lejos (1967) revisa varios esquemas de persecución (el nazismo, la guerra romana contra los judíos) y, como rompecabezas, la novela incide sobre el cuerpo y la escritura.