Centenaria
El Imparcial*
Gran cantidad de cantinas serán clausuradas en México
Los fundados reportazgos que publicamos recientemente acerca de los abusos que cometen la mayoría de los cantineros en México, han sido causa de que el consejo Superior de Gobierno del Distrito Federal, fije su alta atención en asunto tan delicado y se prepara á dar un golpe de muerte á las cantinas donde á diario, y sin respeto al público se expenden bebidas adulteradas y nocivas.
El señor gobernador del distrito, nos dijo ayer: “ya he propuesto al Consejo la conveniencia que resultará de expedir órdenes terminantes, que protegen al público, y sirvan de freno á los especuladores en bebidas alcohólicas. Es preciso cortar terminantemente los abusos y evitar que en las cantinas y fondas se vendan vinos adulterados.
“El Consejo aprobó mi iniciativa, y ya se dispone á estudiar meditadamente el asunto, y á expedir, lo más pronto posible, las disposiciones á lograr el fin que persigo.”
No es de extrañar la actitud del señor Gobernador del Distrito Federal, pues bien sabido es lo mucho que este funcionario se preocupa por el bien de los habitantes de México.
Hay que hacer la guerra á los cantineros fraudulentos, que con tal de especular inmoderadamente, no se detienen ante las pésimas consecuencias de su mal proceder. No necesitamos repetir lo que dijimos en pasados reportazgos, pues todo se redujo á hacer ver las cosas: que los cantineros rellenan las botellas con líquidos falsificados, y que el público ignorante en asuntos de bebidas, acepta tontamente lo que en la taberna le sirven.
Es seguro que dentro de pocas semanas veamos que en México se han clausurado muchas cantinas, de las que venden licores falsificados.
El Consejo nombrará un número competente de inspectores cuya única misión será la de visitar cantinas y examinar todas las botellas que sirven para el “copeo”.
Inmediatamente será clausurada la cantina donde el inspector encuentre un licor falsificado.
El público debe felicitarse por éstas enérgicas medidas que van á tomarse para su provecho; y debe tener la seguridad de que no transcurrirá mucho tiempo para que ingiera bebidas legítimas que, aunque perjudiciales en alto grado para la salud, lo serán menos que las que hoy venden en una gran mayoría de las cantinas de esta capital.
CAL
*Se publicó de 1882 a 1883 y de 1897 a 1914