Usted está aquí: domingo 18 de enero de 2009 Cultura “Sueño con vastedad; practico más la pintura cuando no estoy pintando”: Wyeth

■ Alberto Blanco ofrece Soñando despierto, poema inspirado en una obra del artista fallecido

“Sueño con vastedad; practico más la pintura cuando no estoy pintando”: Wyeth

Pablo Espinosa

Ampliar la imagen El maestro Andrew Wyeth falleció el pasado viernes, mientras dormía, a los 91 años. Sobre estas líneas Daydream, obra realizada en 1980 por el pintor estadunidense El maestro Andrew Wyeth falleció el pasado viernes, mientras dormía, a los 91 años. Sobre estas líneas Daydream, obra realizada en 1980 por el pintor estadunidense

El fallecimiento del maestro Andrew Wyeth, acaecido el viernes, como documentó ayer La Jornada, despertó múltiples reacciones en el mundo cultural. En México, el poeta Alberto Blanco destinó a este periódico un texto nacido en el sueño de uno de los cuadros de Wyeth, Sueño diurno (Daydream). Reproducimos aquí, junto ambas formas del mismo sueño, el texto y el óleo.

El propio pintor declaró en una ocasión lo siguiente: “Sueño con vastedad. De manera que practico más la pintura cuando no estoy pintando. Es algo que yace en el subconsciente”.

El estilo pictórico que desarrolló con mayor fortuna fue el realismo, aunque de manera radical: al mismo tiempo que cumplía con los cánones del género, subvertía ese mismo orden al poner en duda, a través de una intensidad en forma y color, el concepto mismo de “lo natural”.

Por sus convicciones radicales, no tanto por semejanza estilística, Wyeth es comparado con cierta insistencia con su coetáneo Andy Warhol. En ambos, la crítica destaca un poderío subversivo tal que en las secuelas del macartismo fueron inclusive encasillados como artistas comunistas sin que jamás hallaran sustento en las obras aludidas.

Popularidad, polémica, sustancia de contenidos caracterizan la obra de este pintor que también halló epítomes en Henry Fonda, con quien compartió popularidad y admiración. Algo semejante ocurrió entre Wyeth y Scott Fitzgerald. Y también con Mary Pickford.

El realismo de Andrew Wyeth se vació en dos apartados predominantes: el paisaje y el retrato. En el primero planteó un conflicto dramatúrgico muy claro: el paisaje pastoral y el paisaje urbano se juntan en sus cuadros de manera tan intensa que la crítica no tuvo más que reconocer genialidad en esos óleos donde está presente la vida urbana en un cuadro rural por igual que la atmósfera campesina envuelve escenas completamente citadinas en otras obras.

 
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