■ La mayor cadena de hamburguesas del mundo “sigue resistente a la recesión”
Caída del ingreso en EU eleva el consumo de alimentos chatarra
■ Obesidad, “resultado tóxico” de un débil contexto económico, consideran expertos
Ampliar la imagen Profesionales de la salud citan estudios que ligan obesidad y malos hábitos alimenticios con sueldos bajos. La prueba anecdótica para apoyar tales preocupaciones incluye el éxito del gigante de comida rápida McDonald’s, que tiene un menú a bajo precio que es alto en grasas y calorías. Imagen de archivo Foto: Reuters
Dallas, 17 de enero. Seguramente los estadunidenses reducirán sus gastos en comida en respuesta a una economía debilitada, pero algunos expertos temen que puedan aumentar de peso en el proceso.
El fantasma de los “kilos de la recesión” es algo que preocupa a los profesionales de la salud, quienes apuntan a numerosos estudios que relacionan la obesidad y los hábitos alimenticios no saludables con los bajos ingresos.
Ellos temen que a medida que la gente reduce sus gastos en comida también lo hará en productos saludables, pero relativamente caros, como pescado fresco, frutas, verduras y granos integrales, en favor de opciones más baratas con altos contenidos de azúcar y grasas saturadas.
“La gente va a economizar y a medida que ahorre dinero en alimentos va a comer más calorías vacías o alimentos con alto contenido de azúcar, grasas saturadas y granos refinados, que son más baratos”, dijo Adam Drewnowski, director del programa de ciencias de la nutrición de la Universidad de Washington, en Seattle.
“Las cosas van a empeorar. La obesidad es un resultado tóxico de un débil contexto económico”, explicó Drewnowski a Reuters en una entrevista telefónica.
La propia investigación de Drewnowski ha resaltado el nexo entre el ingreso y la obesidad.
“En Seattle hemos encontrado que hay diferencias del quíntuple entre los índices de obesidad dependiendo del código postal, los códigos postales de bajos ingresos tienen una proporción mucho más alta de personas obesas”, dijo Drewnowski.
Agregó que estudios en California sugerían que un aumento de la pobreza de 10 por ciento se traducía en un incremento de 6 por ciento en la obesidad entre los adultos.
El índice de nuevos casos de diabetes se disparó a aproximadamente 90 por ciento en Estados Unidos en la pasada década, avivado por la creciente obesidad y el estilo de vida sedentario, dijeron funcionarios de salud en octubre.
Nueve de los 10 estados con los más altos índices de casos nuevos de diabetes estaban en el sur, una región con enormes focos de pobreza y flagrantes disparidades en el ingreso.
Estados Unidos ya está en el primer puesto de los índices de obesidad a escala mundial.
Según el Centro de Control y Prevención de Enfermedades, más de un tercio de los estadunidenses adultos –más de 72 millones de personas– y 16 por ciento de los niños del país son obesos.
La recesión en curso podría aumentar más las cinturas en Estados Unidos mientras más y más gente cae presa de tiempos duros y busca comidas más baratas.
“La realidad es que cuando el ingreso es limitado lo primero que se quiere cubrir son las calorías suficientes en la dieta. Y las fuentes baratas de calorías tienden a ser altas en grasas y azúcar”, dijo Eileen Kennedy, decana de la Escuela Friedman de Ciencias y Políticas de la Nutrición de la Universidad Tufts, en Boston.
Existe evidencia para sostener tales preocupaciones, incluyendo el éxito del gigante estadounidense de la comida rápida McDonald’s, el cual tiene un menú barato que es alto en grasa y calorías.
Menú dólar
El director ejecutivo Jim Skinner dijo en octubre que la mayor cadena de hamburguesas del mundo “sigue resistente a la recesión” después de contabilizar mejores ganancias que las esperadas en el tercer trimestre, ayudadas por un salto de 7 por ciento en las ventas mundiales.
La cadena ha usado con éxito su Menú dólar para mantener su dominio sobre los clientes faltos de dinero.
Dianthe Clements, de 36 años, parte de esa clientela y madre de dos niños en Washington DC, se esfuerza por llegar a fin de mes reponiendo góndolas en una tienda donde gana 11.27 dólares por hora.
“Algunas noches vamos a McDonald’s, tienen ese menú barato. A veces sólo comemos cereal”, dijo la mujer a Reuters.
En comparación, otras cadenas asociadas con una alimentación más sana como el minorista de comestibles de Austin Whole Foods ha visto su suerte desplomarse con la economía.
Whole Foods, que prosperó antes de la crisis económica vendiendo alimentos orgánicos, naturales y gourmet a precios altos, se ha visto perjudicado ya que los consumidores conscientes de los costos se pasan a tiendas más baratas.