■ Legisladores de PT y PRD exigen la renuncia de Jesús Reyes Heroles

Rechaza Hacienda detener alza del diesel; continurán en el año los deslizamientos

■ Pemex desecha realizar perforaciones en la selva Lacandona y la reserva de la biosfera

Roberto González Amador y Víctor Ballinas

El gobierno federal rechazó este miércoles terminar con los incrementos al precio del diesel, demanda de productores agropecuarios y pesqueros que ayer mismo fue secundada por senadores de la oposición. El deslizamiento, como en la administración federal se refieren a los aumentos, en el costo final de este combustible, continuará, respondió ayer Dionisio Pérez Jácome, subsecretario de Egresos de la Secretaría de Hacienda, quien acudió al Senado a una comparecencia en representación del titular del ramo, Agustín Carstens Carstens.

La declaración del funcionario ocurrió poco después de que la comisión permanente del Congreso, reunida en la sede de la Cámara de Diputados, se había pronunciado por una reducción en el precio de la gasolina, que hoy cuesta, en promedio, 20 por ciento más que en Estados Unidos; y también por la disminución en el costo del diesel, cuyo aumento ha llevado a un paro de pescadores desde el comienzo del año.

En la misma comparecencia, citada por senadores de la Comisión de Energía para pasar una primera revista a la forma en que la reforma energética, aprobada el año pasado, se ha puesto en práctica, Petróleos Mexicanos (Pemex) anunció que dejó fuera de sus planes la idea de hacer perforaciones para extraer crudo de la selva Lacandona, posibilidad a la que se opusieron organizaciones civiles de esa región, como documentó La Jornada en las últimas semanas de 2008.

El precio de los combustibles, y la decisión tomada por el gobierno federal la semana pasada de congelarlos después de haber dispuesto 34 incrementos a la gasolina y diesel en año pasado, fue justificada por el subsecretario de Hacienda como “una política de precios de gasolina que tiene como objetivo procurar estabilidad”.

Respecto del diesel, aseguró, la decisión del gobierno federal “es continuar con el desliz”. Ello, dijo, obedece a que el diferencial de precios respecto de cotizaciones internacionales llegó a ser de 50 por ciento y “aunque se ha venido estrechando, todavía es alto, porque afuera es más caro”.

La explicación fue cuestionada por senadores de la oposición. Pablo Gómez Álvarez, del Partido de la Revolución Democrática (PRD), planteó que si el gobierno desea ajustar el precio de los combustibles a los que prevalecen internacionalmente, también debería impulsar un incremento en los salarios. El alza en el valor final de los energéticos, agregó, tienen un efecto directo sobre el poder de compra. Parece que el gobierno federal quiere, al mantener el precio de los combustibles arriba del referencial de Estados Unidos, “que la población lo subsidie”.

A lo largo de su comparecencia, Pérez Jácome, así como la secretaria de Energía, Georgina Kessel, y el director general de Pemex, Jesús Reyes Heroles –de quien el PRD y el Partido del Trabajo pidieron su dimisión– fueron insistentemente cuestionados por la oposición por los altos precios de la gasolina y también recibieron la petición de escuchar el clamor de productores, transportistas y pescadores para que bajen el costo del diesel.

Ante la insistencia y después de asegurar que no habrá marcha atrás en seguir deslizando el precio del diesel, Pérez Jácome aseguró que, en este particular, se trata de una “política a la que estamos dando seguimiento, estamos evaluando y se está revisando”, aunque no concretó ningún ofrecimiento.

Al comienzo de la comparecencia que se prolongó por más de cinco horas y que arrancó después que los funcionarios federales protestaron decir verdad, el director general de Pemex aseguró que el programa de exploración y constitución de reservas de la empresa “no considera explorar en la región de la selva Lacandona, incluyendo la reserva de la biosfera”.

A finales de noviembre y en diciembre, La Jornada dio a conocer planes gubernamentales para emprender explotaciones petroleras en la cuenca del sureste del país, en la que se asienta la Lacandona, una de las zonas con mayor riqueza de biodiversidad en el mundo. Esta posibilidad despertó el rechazo de organizaciones sociales y grupos conservacionistas que destacaron la contradicción entre el discurso oficial de protección al ambiente y la explotación petrolera en esa zona.

Este miércoles, Reyes Heroles confirmó que efectivamente la cuenca del sureste es una de las seis en que se concentra el inventario de recursos prospectivos y reservas de hidrocarburos. Las otros cinco son: Burgos, Sabinas, Tampico-Misantla, Veracruz y Golfo de México profundo.

Informó que los estudios de recursos prospectivos realizados por Pemex Exploración y Producción indican que la cuenca del Golfo de México profundo es la que tiene mayor potencial para la incorporación de reservas, al estimarse un recurso petrolero prospectivo de 29 mil 500 millones de barriles de petróleo crudo equivalente.

“El reto en aguas profundas es importante, por lo que se ha establecido un programa para el periodo 2008-2012 orientado a perforar y terminar 27 pozos exploratorios a partir de sedimentos terciarios y mesozoicos en tirantes de agua mayores a 500 metros”, añadió.

También dio a conocer que Pemex ha desarrollado un esquema de contratación anticipada de equipos para perforar en aguas profundas con el fin de iniciar actividades en yacimientos “presuntamente transfronterizos, como es el caso de la Zona de Plegado Perdido (en los límites marinos con Estados Unidos en el Golfo de México)”.

Dijo que el comienzo de la perforación en esa zona dependerá de las condiciones que el gobierno mexicano negocie con el de Estados Unidos y de la cartera de proyectos de exploración.

En este sentido, la secretaria Kessel dio a conocer que el gobierno de México presentó al de Estados Unidos una propuesta para la negociación de un acuerdo marco para proteger los yacimientos transfronterizos de hidrocarburos en el lado mexicano.

“El gobierno no está cruzado de brazos en el tema de los yacimientos transfronterizos”, aseguró Kessel, quien consideró que con el cambio de administración en Estados Unidos, el próximo 20 de enero, se reactivará la discusión. El propósito de los negociadores mexicanos, añadió, es extender la moratoria en exploración y producción en una región marina del Golfo de México común a los dos países, llamada Polígono Occidental y “que se extienda a toda la zona de límites marinos”.