Usted está aquí: jueves 15 de enero de 2009 Política El encuentro de las familias relegó a lo privado la convivencia entre homosexuales

■ En las mesas de trabajo se eliminó el debate sobre modelos familiares distintos

El encuentro de las familias relegó a lo privado la convivencia entre homosexuales

■ Debe permanecer en el ámbito de las relaciones de amistad, dice el cardenal Ennio Antonelli

José Antonio Román

La convivencia entre homosexuales debe permanecer en el ámbito de lo privado y de la amistad, se señaló en el inicio del sexto Encuentro Mundial de las Familias, que no dejó espacio a la divergencia, y desde Roma se instaló la homogeneidad en las mesas de debate, sin posibilidad alguna de reconocer modelos distintos de familia.

Apenas había transcurrido el acto inaugural, en la primera conferencia el presidente del Pontificio Consejo para la Familia del Vaticano, el cardenal italiano Ennio Antonelli, dijo: “Nosotros pensamos, y no sólo nosotros, que la experiencia de convivencia de los homosexuales debe permanecer como algo privado dentro de las relaciones de amistad. Claro que uno puede considerarla buena o mala, eso es otro asunto, pero debe permanecer como una convivencia privada”.

Amenaza a la “ecología humana”

Incluso, para el arzobispo de Québec, Marc Quellet, las “uniones libres” entre homosexuales, pero también entre heterosexuales, deben ser combatidas por la Iglesia y la sociedad misma, pues en el fondo constituyen una amenaza a la “ecología humana”.

En su ponencia La ecología humana y la Iglesia católica, el prelado canadiense señaló que en este mundo moderno el individualismo, el egoísmo, la falta de compromiso, así como la infidelidad, atentan contra el matrimonio.

En otras de las mesas, el predicador de la Casa Pontificia, Raniero Cantalamessa, explicó que ante la situación adversa que enfrenta la familia, donde hay un rechazo global del proyecto bíblico de la sexualidad, el matrimonio y de la familia, es necesario “evitar el error de pasar todo el tiempo rebatiendo las teorías contrarias”. Es un error, dijo, pretender cambiar las leyes del Estado para defender los valores de los cristianos. “Los primeros cristianos cambiaron las leyes del Estado con sus costumbres; no podemos esperar hoy cambiar las costumbres con las leyes del Estado.”

Las diversas mesas de discusión a lo largo del primer día de trabajos del encuentro fueron presididas todas por cardenales y arzobispos, algunos provenientes de Roma, que si bien se abrieron a diversos temas, como el aborto, la divorcio, las uniones entre personas del mismo sexo y el uso de anticonceptivos, mantuvieron la tónica de la homogeneidad, siempre destacando el llamado y la enseñanza que proviene de los obispos y del Papa. El encuentro dejó fuera el debate sobre los diferentes modelos de familia.

En la jornada inaugural, a la familia se le consideró como la “escuela más eficaz” de valores, el “núcleo imprescindible” y “columna vertebral” de la sociedad y de la Iglesia misma. Además se presentó la educación de los hijos como un derecho inalienable de los padres, que con frecuencia se ve “usurpado” por el Estado. Pero se reconoció que esta unidad familiar, en medio de una sociedad cada vez más secularizada, se encuentra “amenazada y enferma” por el individualismo y el relativismo ético.

Tras el acto inaugural, ya sin la presencia del presidente Felipe Calderón, su esposa, Margarita Zavala, puso en marcha la Expo Familia, instalada dentro de las instalaciones del Centro Bancomer, en la zona de Santa Fe. Durante cinco días, unos 7 mil 500 católicos de diversos países participarán en el encuentro, que en los tres primeros días se denominará Congreso Teológico-Pastoral; el sábado habrá una “fiesta testimonial” en la Basílica de Guadalupe, y el domingo, en ese mismo lugar, se oficiará una misa solemne encabezada por el secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Tarcisio Bertone, en la que el papa Benedicto XVI ofrecerá un videomensaje desde Roma. Por cierto, el cardenal Bertone arribará este jueves a la ciudad de México, en un vuelo privado procedente de Cancún, donde llegó hace varios días.

Hay que recordar que es la primera vez que a este tipo de encuentros –establecidos en 1994 por el papa Juan Pablo II– no asiste el pontífice. De acuerdo con los datos de los propios organizadores del acto, los participantes debieron pagar una cuota de entre 150 y 280 dólares, según las inscripciones fueran individuales o familiares.

 
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