■ Estaban con el grupo baleado por policías
Desaparecen en Chiapas 3 migrantes centroamericanos
Tuxtla Gutiérrez, Chis., 13 de enero. El Instituto Nacional de Migración (INM) ignora el paradero de tres indocumentados que el domingo fueron dados de alta de un hospital de esta capital, donde se recuperaban de heridas que recibieron el 9 de enero, cuando agentes de la Policía Estatal Preventiva (PEP) dispararon a una camioneta en la cual viajaban con otros migrantes centroamericanos que se dirigían a Estados Unidos.
Tres personas murieron en ese ataque y ocho (entre ellos dos chinos que fueron llevados a la ciudad de México para deportarlos) resultaron heridas.
Fuentes del INM informaron que el gobierno estatal ofreció a ese organismo entregarle los migrantes una vez que autoridades del hospital Pascasio Gamboa los diera de alta, pero el INM se negó a recibirlos porque no estaban totalmente recuperados y no podía repatriarlos en mal estado.
Los informantes consideraron que el gobierno tendría a Luis Antonio Zumba Pauta, Gerardo Chávez Miriam y José Jesús Mejia Torres en un lugar no revelado.
Agregaron que los tres migrantes que permanecen hospitalizados siguen graves. Detallaron que Alejandro Canche Caiza, quien sufrió heridas de bala en los testículos, la ingle izquierda y el abdomen, fue intervenido quirúrgicamente; Manuel Tobías Marca Once fue alcanzado en los glúteos y no puede moverse, mientras Cristian Muza Guamilaza, lesionado en la cadera y las piernas, tampoco puede caminar.
La tarde del lunes fueron trasladadas a la estación migratoria de Tapachula 13 personas que resultaron ilesas, a fin de repatriarlas. Dos migrantes más, originarios de Guatemala y familiares de uno de los muertos, Kevin Pérez Carias, esperan que las autoridades mexicanas trasladen el cadáver al país vecino.
En cuanto al tráiler encontrado ayer en Cintalapa, en cuyo interior había al menos 10 centroamericanos, uno de ellos muerto, la fuente indicó que, según testimonios de los sobrevivientes, el finado, José Fuentes Luna, menor de edad originario de El Salvador, estaba atado de las manos y la autopsia reveló que lo mataron a golpes, aunque la versión inicial era que había muerto de asfixia.
Mientras, el salvadoreño Javier Ernesto Cruz, de 16 años, está hospitalizado.