■ El programa del sol azteca se sustenta en una serie de subsidios y reducción de impuestos
Presenta el PRD su plan alternativo para paliar los efectos de la crisis económica
■ Líderes sindicales exigen a Ortega que en el partido se les dé espacio en el terreno electoral
En medio de aplausos grabados para acentuar el “respaldo” a los discursos, el PRD presentó ayer su plan alternativo para la recuperación económica, que se presentó, como aseguró el dirigente Jesús Ortega, frente a un panorama en el cual la cancelación de expectativas en el país sólo conduce a una ascendente exasperación social, así como a la inseguridad colectiva que podría derivar en una eventual ingobernabilidad.
El plan se sustenta en una serie de subsidios y reducción de impuestos, que Ortega Martínez no explicó cómo serán financiados. Sin embargo, el dirigente nacional perredista aseguró que las propuestas “empatan” con las ocho que ha hecho Andrés Manuel López Obrador como parte del movimiento en defensa de la economía popular, e inclusive aseguró que con el ex candidato presidencial está “en vías de superar las diferencias”. No hay contradicción, insistió, con el proyecto lopezobradorista.
En entrevista posterior, y debido a que los puntos centrales del “plan alternativo” ya se habían difundido, Ortega Martínez confió en que las propuestas del PRD “sean compatibles con las que presente el gobierno y otras fuerzas políticas y económicas, (para) que podamos lograr un acuerdo nacional y sacar al país adelante”.
Ortega precisó que el contenido será enviado a las juntas de Coordinación Política de las cámaras de Diputados y de Senadores, así como “de manera inmediata” a la Secretaría de Gobernación para que ésta, a su vez, se la turne “al encargado del Ejecutivo federal”, con objeto de que el Presidente instruya su distribución a las dependencias federales “involucradas con su participación en la superación de la crisis”.
Para la difusión del “plan alternativo”, el PRD contrató el salón de un hotel frente a la Alameda Central, donde invitó café y galletas a decenas de vecinos de colonias pobres del estado de México, trasladados en autobuses; también convocó a representantes del cuerpo diplomático acreditado en México, así como algunos empresarios, y a diputados y senadores de Nueva Izquierda.
Aplausos, aplausos
Los invitados se sorprendieron cuando el grupo de logística se adelantó y, a través del equipo de sonido, reprodujo aplausos grabados, al creer que Federico Ovalle, dirigente del Consejo Nacional de Organismos Rurales y Pesqueros, había terminado su discurso, pero éste continuó hablando. Una carcajada general surgió entre los asistentes, cuando el gazapo evidenció que habían utilizado ese sonido en cada presentación y, también, en el momento en que la diputada Ruth Zavaleta presentaba a los personajes invitados, en especial a los oradores, como se estila en los programas cómicos de televisión.
En el nuevo estilo perredista, el atril se colocó en medio del salón, para que todos pudieran ver a Ortega Martínez desde cuatro ángulos distintos, y a quienes hablaron antes que él se les pidió no ocupar más de cinco minutos.
Zavaleta también pasó dificultades al nombrar los apellidos de los embajadores y todavía, al final del encuentro, preguntó: “¿hay alguien en esta sala que no ame México?” Ante el desconcierto que provocó esa frase, tuvo que repetirla, y cuando le respondieron finalmente que no, pidió que, para demostrarlo, todos cantaran el Himno Nacional. “¡Que viva México!”, exclamó.
Durante la reunión en que se difundió el proyecto, los dirigentes de los sindicatos de la UNAM y de los telefonistas, así como el del Consejo Nacional de Organismos Rurales y Pesqueros plantearon a Ortega que su participación no se limite a respaldar dicho plan, sino que se les den espacios en el terreno electoral y en la definición de las políticas del partido.
“Que se abra la puerta para que todas las organizaciones tengan espacios que no existen. Que no sea sólo un acto de campaña, sino una pauta política permanente, en la que la participación de los actores sociales tenga la puerta abierta en el PRD”, señaló el dirigente del STUNAM, Agustín Rodríguez.
Francisco Hernández Juárez, dirigente del sindicato de telefonistas, consideró que el sol azteca puede contribuir a que se practique la “democracia sindical plena”, porque de lo contrario posiciones al respecto quedarían sólo en “discursos y buenas intenciones”. Para ello, dijo, el partido tiene que apoyarse en el Congreso.