■ Suman 4 mil muertes desde 1994, dicen a Calderón y Obama
Llaman obispos católicos de EU a terminar con abusos contra migrantes
Washington,12 de enero. La Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos llamó hoy al presidente electo, Barack Obama, y al Ejecutivo de México, Felipe Calderón, a trabajar juntos para poner fin a los abusos que padecen los migrantes cuando cruzan la frontera. En total, suman 4 mil muertes desde 1994.
El obispo John C. Wester, de Salk Lake City, presidente del Comité de Migración de la conferencia, también señaló que el fenómeno trasciende fronteras y su solución debe inscribirse en una estrategia regional.
Estados Unidos y México deben cooperar en adoptar políticas que permitan a los migrantes cruzar a trabajar de forma segura y controlada.
Wester advirtió que los migrantes son víctimas de abuso y explotación por empleadores, bandas de polleros y de otros criminales. “Tristemente”, señaló en su balance, miles de mexicanos han muerto en el desierto en su búsqueda por cruzar la frontera.
Adicionalmente, abundó John C. Wester, ambos líderes políticos tienen que trabajar en el desarrollo económico de las regiones pobres de México y de otras naciones de América Latina, para que los migrantes y sus familias puedan continuar en sus países de origen y trabajar ahí con dignidad.
La solución a largo plazo de la migración indocumentada no es militarizar cruces fronterizos, sino el desarrollo económico de las naciones pobres, insistieron los obispos católicos.
En su pronunciamiento, dijeron que los migrantes arriesgan la vida para encontrar trabajo y apoyar a sus familias, decisión que toman por necesidad y no tienen alternativa. Las dos naciones tienen que construir puentes de cooperación, no muros de separación, insistieron.
En el contexto de la visita de Calderón a esta ciudad, abogó por que en Estados Unidos se apruebe una reforma que es crucial para asegurar la unidad de las familias y proteger su dignidad humana.
La mayoría de las familias de migrantes en Estados Unidos tienen uno o más miembros con estatus ilegal y están en riesgo de ser separados. Ellos viven con miedo, señaló.
Al mismo tiempo, consideró que México también tiene que examinar y reformar sus leyes de migración.