■ Siempre supe que quería cantar, afirma la intérprete española

En Tanto amor, de Shaila Dúrcal, “conjunción de tres culturas”

Arturo Cruz Bárcenas

En su tercer disco, Tanto amor, Shaila Dúrcal contó con el apoyo de seis de los compositores y productores más reconocidos en la escena llamada latina: Kike Santander, Adrián Posse, Roberto Livi, Armando Ávila, Áureo Baquero y Kiko Cibrián. Ese es el presente, y en su pasado está la estrella de su madre Rocío.

En entrevista con La Jornada, Shaila dijo estar más que satisfecha con Tanto amor, en el que además debuta como compositora. Tanto cielo perdido, de Kike Santander, es el primer sencillo que promueve la española.

Agregó: “Los compositores que intervienen han hecho que el disco sea homogéneo y lleve por diferentes estados emocionales, pero, sobre todo, se queda plasmada la alegría que siento.

“Sí hay baladas de amor-desamor que sacan la lagrimita. Cada día más hombres y mujeres que disfrutamos de las canciones al estar tristes o sentimentales. Luego puedes poner unas más alegres para compensar.

“Este disco tiene mucha fuerza y anima a seguir adelante; quedó más pop que los dos anteriores y con canciones más moviditas, porque quise enfocarlo a más público. Mis fans van de los 5 años hasta los mayores que seguían a mi mamá y a mi padre Júnior.”

Los productores, dijo, aparte de ser los mejores de Latinoamérica, “a algunos los conocí antes de ser artista discográfica y a otros en el camino, gracias a mi esposo, Dorio Ferreira, que también es músico y ha estado en el medio toda su vida.

“Kiko Cibrián, por ejemplo, ha trabajado con muchos artistas, como Reik y Luis Miguel. Tiene el aire de una época que marcó una diferencia. Con Áureo Baquero, que ha colaborado con Alejandro Fernández; con Armando Ávila, que ha estado con RBD.”

–¿Es un disco caro?

–No y se merece pagar hasta el último centavo por él, por el esfuerzo y el trabajo que hay detrás y el sentimiento que contiene. Está hecho con el corazón, para que el público se lleve un recuerdo bonito a casa.

–¿Le ha sido difícil lograr la fama?

–El truco, por así decirlo, está en las canciones. Un buen tema es lo que hace que se mueva algo por dentro, tanto en letra como en la música –más el arreglo–, sobre todo si se quiere hacerlo universal, y esto más en el caso del pop, que es el más popular.

“Es importante lograr un sonido que identifique al artista. Aquí he juntado las tres culturas que me han marcado: la española, mexicana y la estadunidense.”

–Ahora, ¿basta difundir las canciones en la radio?

–Creo que se trata de dos cosas: los medios de comunicación van de la mano del artista. Somos un gran equipo y en el fondo transmitimos lo que tenemos que transmitir. Pero también está en el trabajo del artista poder transmitir algo claro en una canción. Esto es importante, antes que repetirla 20 veces y acabar hasta aquí (pasa la mano por su frente) de ella.

“A mí el público me ha recibido con los brazos abiertos, con ese amor y cariño que sentían por mi madre, nada más por ser quien soy. Me han a acogido con mucho calor; por eso digo que voy a estar eternamente agradecida. Lo hicieron en México, que sí he conocido toda mi vida, pero donde no he vivido.”

–¿Qué piensa de la continuidad artística de hijos cantantes?

–No es forzosa. Hay muchos que sí lo fuerzan, y unos no lo consiguen porque siento que más que con la influencia familiar se podría ser un buen doctor, abogado u otra cosa.

“Toda mi vida supe que lo que quería era cantar; que había nacido para compartir mi voz con el público y que no sabía hacer nada más. Hubo una época en que me dije: ‘y si no funciono, ¿qué voy a hacer?’ El éxito no es obligado por venir de padres con él. Puedes no caerle bien a la gente.

–¿Sus padres la han aconsejado sobre su carrera?

–Mi madre sí. Me dijo que tuviera mucha paciencia, pero creo que todos la debemos de tener en todos los trabajos. Las cosas llegan cuando tienen que llegar.

Aún no tiene fecha para ofrecer conciertos en México. En España se ha presentado con un grupo pop y un mariachi.