Usted está aquí: sábado 10 de enero de 2009 Deportes El futbol, única profesión con caducidad tajante: De la Torre

■ Los directivos alaban la experiencia, pero no ofrecen contratos extensos a veteranos

El futbol, única profesión con caducidad tajante: De la Torre

■ En el aspecto médico todavía se encuentran en buen estado, asegura Roberto Rodríguez

■ El sicólogo Gustavo Zepeda refiere que el retiro es doloroso para los que sólo saben jugar

Paula Mónaco Felipe y Georgina García S. /II y última

Ampliar la imagen El puma Francisco Palencia, todavía con enjundia para continuar activo en el futbol mexicano El puma Francisco Palencia, todavía con enjundia para continuar activo en el futbol mexicano Foto: Notimex

En el aspecto médico, un deportista que supera las tres décadas “todavía tiene sus capacidades en buen estado, sus condiciones físicas son buenas. Si ha tenido muchas lesiones puede haber disminuido su rendimiento, pero si no es así tiene más experiencia, se puede ubicar más en la cancha, puede transmitir sus conocimientos y ayudar mucho”, asegura Roberto Rodríguez Nava, médico de Pumas y de la selección nacional durante el periodo de Hugo Sánchez.

Agrega que no es tan complicado mantenerse en buen nivel y desmiente que el portero tenga ventaja sobre el jugador de campo, porque entrena a la par del grupo y hasta con mayor intensidad.

“Para mí, el que llegue a 30 años siendo titular y útil a su equipo, con actuaciones constantes, es un jugador experimentado, buscado, valorizado. El que tiene poca actividad y cierta inconsistencia se va catalogando como viejo; y es muy diferente este concepto al de experimentado”, opina Eduardo de la Torre, vicepresidente deportivo de Cruz Azul.

“Una carrera nos da experiencias positivas y favorables, entonces las podemos capitalizar después de los 30 y ser un jugador que no solamente rinde para sí mismo, sino para el resto del club. Hay gente mayor de 30 que tiene una gran valoración en el mercado.

No hay contratos multianuales

“La experiencia es algo que se busca también, pero es normal que haya más interés en la juventud porque reúne ciertas condiciones atractivas para el deporte”, completa el Yayo.

Sin embargo, la relación del futbol mexicano con la experiencia resulta compleja. Todos dicen valorarla, pero a la hora de los contratos hay pocas renovaciones multianuales para esos futbolistas.

“Sería obtuso hacer una ley tajante, inflexible, porque hay jugadores que a cierta edad son muy capaces”, afirma De la Torre tras desmentir que su club tenga una política de no ofrecer contratos extensos a veteranos.

Lo mismo dicen otros directivos, pero las recientes firmas de Juan Francisco Palencia y Sergio Bernal con Pumas así lo indican. “Será por un año, ya no te lo hacen por dos o tres”, confirma el delantero.

Hacia el final de la recta está el “día D”, explica De la Torre, quien antes de ser directivo fue jugador. “Es un parteaguas en la vida del futbolista, porque esta es la única profesión que tiene una fecha de caducidad tajante, no hay vuelta de hoja. Tarde o temprano llega para todos. Y como el futbolista tiene una vida especial, con diferentes tipos de sacrificios; ese es un día fantasmagórico”.

No hay cómo determinar el momento del retiro, “híjole es bien difícil porque no existe ninguna norma, simplemente es cuando las condiciones fisiológicas, la resistencia y capacidades físicas empiezan a disminuir. Y el jugador lo siente, se va dando cuenta por sí solo cuando ya no le alcanza, cuando está limitado, pero ni siquiera nos consulta”, afirma Rodríguez Nava.

Y cuando ese día llega “sienten tristeza, pena de dejar la profesión y tal vez algunos no sepan cómo seguir para adelante aunque otros se preparan. Sienten nostalgias, sobre todo los primeros meses, cuando ya no están en la lumbrera, cuando no los ven tanto como antes”, agrega.

Gustavo Zepeda, especialista en sicología del deporte, ganador del concurso de la Sociedad Iberoamericana y asistente en el Atlas, explica que son dos razones las que orillan a los futbolistas a tomar esa decisión:

“Que sus condiciones físicas ya no les alcancen para el rendimiento que quiere el entrenador o que el público los rechace como jugadores profesionales.

“Esos son los dos motivos por los cuales las personas del futbol piensan en el retiro, aunque el mexicano todavía no alcanza a distinguir el grado de madurez entre saberse retirar o seguir en actividad.”

La experiencia será más o menos traumática en relación con algunos factores: “para las personas que tienen una educación profesional, digamos una licenciatura o un negocio detrás, piensan más fácil en el retiro, es menos doloroso que aquellas que tienen un nivel de educación bajo, que lo único que saben hacer es jugar futbol”.

Zepeda dice que la clave para combatir la tristeza es la preparación, porque no se trata de fortaleza sino de madurez mental:

“Si el futbol ya no los acepta, necesitan preguntarse ¿para qué me voy a retirar? Y ahí hay una intención más profunda que hace más sustentable la decisión”, además de que necesitan “una formación en cuanto a la administración de recursos económicos porque eso les dará solidez moral y económica.”

Entre los veteranos consultados ninguno planea o no quiere revelar un plan de salida. “Yo sé que puede ser dentro de un año o en seis meses. pero no me he puesto una fecha límite. Para mí es ir viendo cómo te vas sintiendo torneo a torneo”, afirma Rodrigo Pony Ruiz, mientras Palencia desmiente estar pensando en su retiro.

“El jugador de futbol creo que ni piensa en eso, aunque llegado el momento, obviamente sí”, asegura Hernán Cristante, pero confiesa que una única pregunta lo ocupa: “El día que lo deje, ¿qué hago?, porque estoy en la cancha desde que tengo cuatro años y medio. Me pregunto qué sucederá y sé que me va a cambiar el mundo, pero no me asusta, trato de prepararme porque indefectiblemente el momento llegará”.

El fantasma

Pegado con el retiro va el asunto de la vejez, tabú entre los futbolistas. Interrogados al respecto, todos sueltan risas, aunque avanzado el diálogo admiten que los ronda.

No es un tema presente porque el jugador vive de explotar su lado infantil, “es una profesión muy diferente, el aspecto lúdico existe y es real, mi actividad es jugar y la parte de la niñez no se te desprende nunca porque estás volviendo siempre.

“Y no creo que sea malo que te quede algo de tu infancia, al contrario, me parece que es bueno porque mucha gente se olvida de divertirse o disfrutar de lo que están haciendo”, comenta Cristante.

“Esos fantasmas existen y tienes que hacer conciencia de ellos, pero son para la gente que no está preparada para este momento” agrega Palencia, para quien pasar a ser ex jugador será indudablemente difícil, “porque si cuando te lesionas o te expulsan y no tienes oportunidad de jugar y estás en la tribuna, ya tienes nostalgia o impotencia de querer ayudar y no poder; ¡imagínate cuando ya de plano no puedes volver!”

 
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