■ Investigadores de la ENAH alertan sobre la acelerada destrucción de vestigios prehispánicos
Critican académicos que el Estado abandone la riqueza cultural, y su tendencia a la privatización
A partir de la década de 1980 se inició en México un acelerado proceso de destrucción de las zonas arqueológicas, que hoy se agudiza ante la “indolencia de las administraciones panistas que han demostrado, en más de una ocasión, su ignorancia y desprecio por el patrimonio arqueológico nacional”, afirmaron profesores-investigadores de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH).
Luego de darse a conocer que el montaje del proyecto multimedia Resplandor teotihuacano, autorizado por funcionarios federales y estatales, ocasionó al menos 16 mil perforaciones en las pirámides del Sol y de la Luna, en la zona arqueológica de Teotihuacán, José Pantoja y Griselda de Fuentes, especialistas en historia de México y catedráticos de esa casa de estudios, afirmaron que la destrucción de los vestigios arqueológicos son consecuencia de un “paulatino abandono de las responsabilidades del Estado mexicano en su conservación y protección, a lo que se suma una creciente tendencia hacia su privatización”.
Recordaron que “no es la primera vez que se intenta comercializar una zona arqueológica con espectáculos de luz y sonido, pues a finales de los años 80 muchos sitios de la cultura maya sufrieron este proceso. Lo más preocupante es que se tolere que empresas privadas intervengan zonas arqueológicas de gran valor histórico, sin ningún tipo de supervisión, y con proyectos que no rescatan el valor cultural e identitario de las civilizaciones prehispánicas.
“Por el contrario, pretenden captar un turismo que busca espectáculos tipo Las Vegas o Hollywood, sin tomar en cuenta el daño al patrimonio de todos los mexicanos.”
Agravio sin límites
Por su parte, Sergio Yáñez, profesor-investigador de la ENAH, especialista en historia y antropología social, calificó de “agravio de proporciones sin límites” al patrimonio nacional el daño ocasionado a los vestigios arqueológicos en Teotihuacán, y afirmó que no es la primera vez que una “alianza de autoridades y empresarios busca aplicar cambios centrales, y con ello sentar nuevas directrices para poder actuar de forma similar en otros sitios arqueológicos”.
El investigador alertó sobre los riesgos de continuar con la descentralización de estas zonas, “con el pretexto de fortalecer la federalización, y entregarlos a los gobiernos estatales, que más tarde las concesionan a empresas particulares en un pacto de intereses económicos y políticos”.