Protesta en Saltillo por la muerte de la joven chef
Saltillo, Coah., 8 de enero. Unos 300 personas, entre familiares y amigos de la chef Elisa Loyo Gutiérrez, presuntamente asesinada en Filipinas, marcharon este jueves por el centro histórico para exigir al gobierno mexicano que “presione” a las autoridades del país asiático a fin de que esclarezcan la forma en que ocurrió el deceso.
“Elisa –quien trabajaba en el restaurante de un hotel, denunció un robo en el lugar donde laboraba. Esto ocasionó que algunos trabajadores fueran despedidos. A los pocos días, Elisa desapareció; luego informaron a la familia que la habían encontrado muerta, que se había suicidado, pero no lo creemos. Era una persona que amaba vivir”, dijo Ariel Gutiérrez Cabello, tío de la joven.
El contingente se concentró en la alameda Ignacio Zaragoza; recorrió la calle Victoria, luego un tramo de las calles Allende y Juárez, hasta arribar a la explanada de palacio de gobierno. En la movilización participaron decenas de ex compañeros de estudios de Elisa, quien este jueves cumpliría 26 años de edad.
Con velas en las manos, los manifestantes marcharon en silencio y fueron escoltados por agentes de la Policía Preventiva del Estado y personal de la Subsecretaría de Protección Civil.
“Los primos menores de Elisa anhelábamos crecer para ser como ella. Nos orientaba, nos dedicaba tiempo y siempre tenía para nosotros una expresión, una broma”, recordó Daniela Gutiérrez, prima de la joven.
Elisa Loyo Gutiérrez nació en Monterrey, Nuevo León, pero al poco tiempo sus padres se mudaron a Saltillo, Coahuila, donde estudió hasta el bachillerato.
Luego se trasladó a Ontario, Canadá, donde radica su madre y ahí estudió cocina internacional. En septiembre de 2008 consiguió un empleo en el restaurante del hotel Fontana, en Filipinas, donde tenía a su cargo un área de la cocina.
Huellas de violencia
El 23 de diciembre desapareció y tres días después personal del hotel reportó a sus familiares que Elisa se había suicidado, pero cuando sus dos hermanas mayores acudieron a Filipinas para reclamar el cadáver, se percataron que de tenía señales de violencia, como golpes en los brazos y en las manos.
Desde entonces existe la sospecha de que Elisa fue asesinada. Durante la protesta, familiares de la chef señalaron que aún esperan los resultados de la autopsia para conocer en detalle la forma como falleció.