■ Hezbollah y representantes de Hamas se deslindan de la agresión
Disparan cohetes contra Israel desde Líbano; Tel Aviv minimiza el ataque
Tel Aviv, 8 de enero. Varios cohetes disparados desde Líbano cayeron esta mañana en el norte de Israel y causaron al menos cinco heridos leves, a lo que el ejército israelí respondió con una ráfaga de cinco granadas de mortero “directamente al origen de los disparos”. Sin embargo, Tel Aviv restó importancia a lo ocurrido al descartar que esté implicado el movimiento chiíta libanés Hezbollah y lo atribuyó a grupos palestinos en lo que consideró “incidentes aislados”.
Cuatro viejos cohetes del tipo Katyusha lanzados del sur de Líbano cayeron al oeste de Galilea, en los sectores de la ciudad de Nahariya y del kibutz Kabri. Uno de los cohetes atravesó el techo de una residencia de ancianos en Nahariya, causando heridas a varias personas. Otros tres proyectiles cayeron en los alrededores de la zona sin ocasionar daños, informó la radio israelí.
Más tarde las autoridades israelíes desmintieron un segundo ataque desde Líbano al señalar que se trató de una “falsa alarma”.
En tanto, testigos dijeron que numerosos aviones de guerra israelíes irrumpieron en el transcurso del día en el espacio aéreo libanés.
“Esperábamos esto. La responsabilidad es enteramente del gobierno libanés”, dijo Rafi Eitan, un ministro del gabinete del primer ministro Ehud Olmert. A su vez, fuentes militares confirmaron que Israel respondió a esos disparos, mientras los habitantes de Nashariya eran exhortados a permanecer en sus casas, en habitaciones protegidas de que disponen.
Las fuentes militares estimaron que los cohetes fueron disparados por guerrilleros palestinos con el asentimiento de la milicia Hezbollah, cuyos artefactos no eran suyos porque eran “muy anticuados”, en reacción a la ofensiva israelí en Gaza. Sin embargo, dijeron que Israel no quiere abrir un nuevo frente y que “extremistas del Líbano querían sacar provecho de la batalla con Hamas”.
Además, según los informes, las cargas procedieron de una zona controlada por miembros de mantenimiento de la paz de Naciones Unidas (FINUL) y el ejército libanés, unos tres kilómetros al norte de la frontera. Ahí, las tropas internacionales de la ONU –con unos 13 mil efectivos de 26 países– se declararon en “estado de alerta reforzada”, a fin de evitar que se repitan estos incidentes.
El gobierno libanés condenó los disparos desde su territorio contra Israel y pidió a los servicios de seguridad investigar el incidente, al señalar que este acto constituye una violación a la resolución 1701 de la ONU que puso fin a la más reciente guerra entre julio y agosto de 2006 entre Hezbollah e Israel. No obstante, añadió que la milicia chiíta le aseguró al gobierno libanés que sigue comprometida con la estabilidad y la resolución del Consejo de Seguridad.
No sólo Hezbollah se deslindó de los disparos contra Israel, sino también la representación de Hamas en Líbano. “Todo mundo sabe que Hezbollah no duda en asumir la responsabilidad de sus actos”, dijo el ministro del Trabajo perteneciente a ese movimiento político y militar, Mohammad Fneich. A su vez, un vocero de Hamas dijo que ninguna facción palestina estaba implicada.
Por separado, Estados Unidos y España condenaron el lanzamiento de cohetes sobre Israel. El Departamento de Estado dijo que esos ataques violan la resolución del Consejo de Seguridad, e instó a las partes en la región a abstenerse de dar pasos que podrían agravar el conflicto. “Definitivamente no queremos que este problema se expanda”, dijo el vocero Robert Wood.
El canciller español Miguel Angel Moratinos habló por teléfono con el primer ministro libanés, Fuad Siniora, para reiterarle el cumplimiento de la resolución 1701 de la ONU.