■ “Blindan privilegios y prerrogativas de la burocracia a costa de la economía de las familias”
Critican senadores que el gobierno no se apriete el cinturón en el gasto corriente
■ Lamenta el FAP que entre las acciones no se haya puesto límite al “libertinaje del sistema bancario”
Las medidas para paliar la crisis económica anunciadas ayer por el presidente Felipe Calderón provocaron en el Senado reacciones encontradas. Mientras en el PRI las consideraron insuficientes, en el PRD señalaron que van por el camino correcto, aunque algunas de ellas se quedaron cortas.
El priísta Carlos Lozano de la Torre criticó que el gobierno federal no se apriete el cinturón en lo que se refiere al gasto corriente, y que la aplicación de las diferentes líneas de acción quede en manos de secretarios de Estado cuestionados y que no se han comprometido con los sectores sociales del país, como los de Agricultura, Economía y del Trabajo.
El perredista Carlos Navarrete celebró la rapidez con la que el gobierno federal elaboró un paquete de propuesta para enfrentar la situación económica. El plan, añadió, va en el rumbo correcto y responde al planteamiento que el PRD hizo desde las semanas recientes de exigir que la administración pública trabaje en la elaboración de medidas anticíclicas.
No obstante, observó varias insuficiencias y acciones que deben profundizarse más allá de lo señalado por Calderón Hinojosa, por ejemplo: en lugar de seis meses, se podría ampliar a un año la protección médica del Seguro Social para los trabajadores que se queden sin empleo, dependiendo de la gravedad de la problemática económica.
Navarrete Ruiz indicó que ahora falta que el sector privado anuncie las acciones que pondrá en marcha contra la crisis, para enseguida informar que su partido se sumará en el Senado a las medidas legislativas necesarias para facilitar el gasto público.
En cambio, Porfirio Muñoz Ledo, coordinador del Frente Amplio Progresista (FAP), opinó que la estrategia calderonista es “pobre, timorata e insuficiente. No responde en absoluto a las necesidades de la población, ni como alternativa para promover el desarrollo del país”.
Incluso calificó de “ridículas” las declaraciones de Calderón Hinojosa, quien hace unos días sostuvo que México tiene menos riesgo financiero que naciones del primer mundo como Japón, Gran Bretaña o Estados Unidos.
Lo que Calderón no dice es que México “tiene la tasa más baja de crecimiento en el continente”, la cual, adelantó, será cero.
Muñoz Ledo advirtió que el escenario económico podría empañar los comicios de 2009. Ya se observa “un aprovechamiento electoral de la miseria”, falta de confiabilidad en las resoluciones de los órganos electorales, un control mayor sobre los procesos electorales por los gobernadores, particularmente priístas.
También criticó que entre las medidas anunciadas no se haya puesto límite al “libertinaje del sistema bancario” ni otorgado una elevación sustantiva del salario mínimo y menos aún apoyos a las pequeñas y medianas empresas.
“Los dos temas fundamentales –indicó– son el nivel de ingreso de la población y la cartera vencida de las tarjetas de crédito, que es insostenible.”
Aparte, el dirigente nacional del PRD, Jesús Ortega Martínez, coincidió en que las propuestas hechas por el gobierno federal son insuficientes, al no contemplar a plenitud sectores tan vulnerables como el campo. “No será con medidas coyunturales con las que se solucione la crisis por la que atraviesa México, sino que es necesario un cambio del modelo económico, pues en 25 años del neoliberalismo se demostró que fue un fracaso.”
Sobre el mismo tema, los partidos Socialdemócrata y Convergencia consideraron que, dada la gravedad de la situación, el plan anticrisis es tardío e insuficiente para proteger a las clases media y baja del país.
“Blindan privilegios y prerrogativas de la burocracia, a costa de la economía de las familias. No abren un horizonte de esperanza a los sectores populares más desfavorecidos”, afirmó el presidente del Comité Ejecutivo Nacional de Convergencia, Luis Maldonado Venegas.
Sorprende, agregó, la decisión de simplemente congelar los precios de las gasolinas y el gas, cuando en otros países con economías similares a las de México se han hecho ajustes a la baja hasta de 30 por ciento, con el propósito de alinearlos con el descenso de los precios del petróleo.
El senador Maldonado Venegas comentó que sigue intocable la carga fiscal indiscriminada y, en algunos casos, es hasta inconstitucional o de franco desaliento a la generación de empleos, como el gravamen de 2 por ciento a las nóminas.
Por su parte, el presidente del Partido Socialdemócrata, Jorge Díaz Cuervo, señaló que si bien el plan es tardío y quedan varias medidas fuera, “es una buena plataforma para empezar a enfrentar la crisis económica en el país”.