Usted está aquí: miércoles 7 de enero de 2009 Opinión Isocronías

Isocronías

Ricardo Yáñez

■ Sobre la Tierra

Con música de María Lorencez, letras de nueve escritores, la colaboración de también nueve músicos y bajo los sellos del gobierno y la Alianza Francesa de Tlaxcala, Conaculta, y Start Pro, a finales de noviembre pasado se presentó en el Salón Barroco de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, según me dicen con lleno total, el disco Sobre la tierra: once canciones de muy diversos géneros –cante, huapango, tango, danzón, etcétera–, uno de cuyos mejores textos es sin duda el del título, de la autoría de Aurora Jiménez, quien sabemos va por la mitad de su novena década de vida.

El disco, o más bien el cuaderno que lo acompaña, abre con un epígrafe de John Berger: “La música busca la pureza del deseo… restaña las heridas”, y breves presentaciones de Mariano Morales, Alberto Moreno y Gonzalo Macías. Morales advierte: la palabra es música, pero también sentido; aullido de dolor o grito festivo, es música que dice. Y acaso citando cierta canción venezolana indica: es sentimiento y razón. El respeto y el amor a la palabra son amor a la música. “Todo poeta es músico, aunque no sepa manejar instrumento alguno. Pero cuando el músico es poeta se da ese garbanzo especial que hace que el sentimiento y el sentido, la razón y la sinrazón, nos toquen a lectores y escuchas con más rapidez el corazón.”

Después de confiar: “A veces siento que la música cubre todo, está en los despertares, bajo las sábanas, en el rocío, el espejo, las carreteras…, en los diferentes episodios en los que transcurre nuestra vida”, Moreno registra que Sobre la tierra “representa y engloba el esfuerzo, quehacer y talento de muchas personas así como géneros, países, maneras de sentir, pensar y escribir”, en tanto que Macías dice de Lorencez: “Su música nace de fusiones y contrastes” y se refiere a la “convivencia entre instrumentos acústicos y electrónicos, ejecutados con una buena dosis de virtuosismo. Este viaje, que tiene como bitácora una espléndida colección de poemas, se realiza siempre con una originalidad melódica que esculpe y define el ‘eidos’ de cada una de las piezas…”

A más de Jiménez y Lorencez participan en el disco como letristas Alma Delia Tecillos, Elena Quirós, José Cisneros, María de Jesús González, René Rojas y Servanda Heredia. A más de la convocante, como músicos: César Olguín, Fernando Soto, Gisela Crespo, Jesús Jiménez Peláez, Juan Manuel Cuatlayol, Lourdes Martínez Munive, Manuela Cañas, Maribel Villapún, Rogelio Gómez Palma y Willie Valett, la mayoría de origen mexicano, pero también argentino, cubano y español.

Como la estela pasajera/ del barco sobre el agua/ como la sombra efímera/ del pájaro que vuela/ como la nube que de pronto/ se deslíe en el cielo/ como la huella del pie sobre la arena/ así el recuerdo de nuestro paso/ sobre la tierra.” Aurora Jiménez.

 
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