Grupo Mundo altera el entorno de Teotihuacán
Auspiciado por el INAH, desde 1994 realiza “fantasías multicolores” en zonas arqueológicas
La zona arqueológica de Tulum sirvió en 1994 de escenario para un espectáculo privado de la empresa HP con el aval del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), entonces dirigido por María Teresa Franco.
La fantasía multicolor sobre las estructuras prehispánicas estuvo a cargo de Grupo Mundo, empresa que ahora se encarga de la colocación del equipo multimedia (taquetes de expansión, rieles de aluminio y cableado) en las pirámides del Sol y la Luna en Teotihuacán, para reiniciar así las visitas nocturnas, llamadas ahora Resplandor teotihuacano.
Además, está empresa ha permanecido ligada al INAH durante casi dos décadas con producciones realizadas en El Tajín (2000), el Museo Nacional de Antropología (1992) y el Fuerte de San Diego, en Acapulco (2005).
Desde hace más de cuatro años Grupo Mundo y la empresa Tinta Negra Tinta Roja, se han enfocado en Teotihuacán, sitio que es el “sueño anhelado” del gobierno del estado de México, encabezado por Enrique Peña Nieto, y las secreta-rías de Turismo estatal y federal para la puesta en marcha del proyecto nocturno.
Grupo Mundo está presidido por Jack Misrachi, quien también pertenece al Patronato Amigos de Teotihuacán. Sin embargo, al requerir información sobre esta asociación en un teléfono anunciado en Internet, la respuesta fue que “el patronato se encuentra desde hace más de un año inoperante y sin ninguna sede conocida”.
La empresa también produce proyectos especiales, artísticos y orienta toda su actividad al equipamiento multimedia, como cine, audio, sincronización de medios, iluminación, video, pantallas y conceptualización artística.
En su página de Internet, Grupo Mundo resalta: “Mediante una administración, producción y ejecución impecable en cada área, nuestra experiencia garantiza el 100 por ciento de satisfacción, obteniendo una calidad que supera siempre las expectativas planteadas en el proyecto. Con una participación activa y continua en la evolución cultural, social, artística, educativa, ecológica, y espiritual de nuestro país, creamos ideas para interpretar los deseos por desarrollar juntos, un mundo diferente y mejor”.
Hace cuatro años, cuando Misrachi se encargó del proyecto multimedia El vigía silencioso en el Fuerte de San Diego, expresó su deseo de que los museos y monumentos históricos de México contaran en sus instalaciones con equipos multimedia para “lograr un dinamismo y un atractivo poco común (sic) en los edificios históricos”.
Para el espectáculo en Tulum, hace casi tres lustros Grupo Mundo presentó “un potente rayo láser de 25 watts, luces robóticas, grandes pantallas, máquinas de humo y un poderoso equipo de audio”, que sirvió de escenario a las premiaciones de los mejores distribuidores de HP en América Latina.
Seis años después, en el primer Festival de Primavera en El Tajín, Grupo Mundo organizó una serie de “proyecciones gigantes en la montaña, iluminación arquitectónica a las pirámides, fuegos artificiales, luces robóticas, rayos láser full color y orquesta sinfónica en vivo, además de la transmisión por televisión a todo el estado de Veracruz”.
Mientras, el Museo Nacional de Antropología requirió de la empresa productora para instalar “luces de colores, producción de un video a dos pantallas con imágenes terrestres y áreas de todas las zonas arqueológicas más importantes del país y maquetas móviles del arquitecto Ramírez Vázquez.”
En Xochicalco, Morelos, para las visitas nocturnas fue ideada la producción de un video y su proyección sobre una cortina de agua.
El proyecto para Teotihuacán todavía no ha sido aclarado por sus artífices ni académica ni técnicamente. Empero, el titular de la secretaría de Turismo mexiquense, Alfredo del Mazo Maza, ha comentado que las visitas nocturnas constarán de “ iluminación y pantalla multimedia, grada móvil para 520 personas, una serie de efectos especiales que mostrarán amaneceres, atardeceres y eclipses de Sol”.
Cabe recordar que María Teresa Franco –actual titular del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA)– durante su gestión en el INAH también causó polémica en Teotihuacán cuando se construyó la Plaza Jaguares para vendedores de artesanías y fueron destruidos vestigios de la zona denominada La Ventilla.
Entonces, la UNESCO, por conducto de Icomos, lamentó la “falta de estudios y madurez del proyecto urbano” y el arquitectónico, y se pronunció en un dictamen por “instrumentar una normatividad para la ordenación territorial del área”, de modo que las actividades turísticas y comerciales “no sigan constituyendo una causa de deterioro del valor cultural de la zona arqueológica”.
En 1994, cuando la funcionaria permitió el mencionado espectáculo privado en Tulum, también autorizó a la familia Barbachano, dueña del hotel Mayaland, enclavado en el corazón de la zona arqueológica de Chichén Itzá, la ampliación de ese complejo turístico (La Jornada, 29/5/07).
En mayo de ese año, Franco signó una “colaboración” con empresarios turísticos a la promotora Xcaret para la “operación, mantenimiento y administración del desarrollo turístico localizado en terrenos de Miguel Quintana Pali, ubicados en esa zona arqueológica”.