Rescatan a 189 indocumentados en Reynosa
Reynosa, Tamps., 5 de enero. Un total de 189 indocumentados, en su mayoría procedentes de Centroamérica, fueron rescatados de una casa de seguridad ubicada en la periferia de esta ciudad fronteriza, donde 14 polleros los mantuvieron retenidos, a algunos incluso por unos tres meses. Lo anterior, se reveló luego de un operativo realizado por elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), quienes llegaron al domicilio ubicado en el cruce de las calles Doctor Plata y Río Purificación, en la colonia Doctores. Los extranjeros –157 hombres y 32 mujeres–, originarios de El Salvador, Honduras, Nicaragua, Guatemala y seis oriundos de Brasil, presentaban signos de desnutrición y eran objeto de tortura sicológica por parte de sus raptores, quienes vía telefónica contactaban a sus familias para exigirles entre mil 500 y 3 mil dólares a cambio de dejarlos en libertad.
Mientras los centroamericanos y algunos sudamericanos fueron puestos a disposición del Instituto Nacional de Migración, que inició el trámite para la deportación, los 14 polleros continúan a disposición de las autoridades federales que establecerán sus responsabilidades en las próximas horas.
En su declaración ante la Procuraduría General de la República, que integra desde la madrugada del lunes una averiguación previa penal por el delito de tráfico de personas, los migrantes explicaron que arribaron a Reynosa provenientes de Veracruz, tras una “penosa travesía” desde sus lugares de origen. Al llegar a la localidad tamaulipeca, fronteriza con Mc Allen, Texas, fueron abordados por grupos de polleros que con mentiras y en ocasiones a la fuerza los llevaron a la casa de seguridad de la colonia Doctores.
Durante el tiempo que ahí permanecieron, con la promesa de que serían ingresados ilegalmente a territorio estadunidense, dormían en el suelo y comían sólo una vez al día. Mientras, los polleros aprovechaban el tiempo para comunicarse con sus familiares y pedirles dinero a cambio de dejarlos libres.
La vivienda de cuatro recámaras y una cocina se encuentra totalmente enrejada, por lo que las personas retenidas no podían pedir ayuda a vecinos o elementos policiacos. Fue una llamada anónima la que llevo a los elementos de la Sedena hasta la casa de seguridad.