■ La rumana Bogdan y la croata Tomljanovic, por el título en la rama femenil
El guatemalteco Uriguen y el argentino Velotti, a la final del torneo Casablanca
La lógica imperó en el torneo femenil de la Copa Internacional Casablanca de tenis juvenil, en cuya final se enfrentarán las número uno y dos en la siembra: la rumana Ana Bogdan y la croata Ajla Tomljanovic, mientras el título del cuadro varonil será una disputa latinoamericana, entre el guatemalteco Julen Uriguen y el argentino Agustín Velotti.
Bogdan consiguió su pase a la final al derrotar a la canadiense Katarena Palivets (13), por 6-4 y 6-1, mientras la croata avanzó a costa de la húngara Timea Babos, a quien se impuso 7-6 (7-4) y 6-4.
La rumana llegó como número seis del mundo al torneo que se realiza en el Casablanca Satélite, y podría aparecer el lunes a la cabeza de la lista, si hoy sale victoriosa ante Tomljanovic.
Ambas han lucido dominantes, pues definieron tres de sus cuatro juegos en dos sets, pero Tomljanovic, en pareja con la británica Heather Watson, se llevó por la tarde la final de dobles, el título que también buscaba Bogdan y que perdió en dupla con la danesa Malou Ejdesgaard, en partido que se definió por 4-6, 6-3 y 10-5.
El argentino Velotti siguió como la gran sorpresa del Casablanca, no sólo porque surgió del torneo de calificación, sino por la forma en que se repuso ayer para remontar al belga Arthur de Greef (8) y vencerlo 7-6 (7-4), 5-7 y 6-4.
Velotti, quien aparece en el número 408 de la clasificación mundial juvenil, comentó que en 2008 sólo participó en tres torneos, uno de ellos la Copa Davis que se jugó en San Luis Potosí, donde fue parte del equipo que disputó y perdió la final ante Estados Unidos.
Es la primera final de un torneo Grado A que juega el tenista de 16 años, misma edad y situación de su rival, el guatemalteco Julen Uriguen (3), quien dio cuenta del poderoso estadunidense Harry Fowler (2), en un duelo que también se alargó hasta un tercer set y que Uriguen se anotó por 6-4, 3-6 y 6-3.
El público en el estadio del club, que la víspera había visto perder a los últimos tres mexicanos, volcó su apoyo para Uriguen, aunque muchos de los presentes se cuestionaban, al afirmar: “Mira, mejor un guatemalteco que un mexicano”.
Tras anotarse el partido con base en un potente saque y un dominio notable, Uriguen explicó que su nivel no obedece a un avance en el deporte blanco de su país, sino a que desde hace dos años se decidió por el tenis sobre el futbol, y con el respaldo único de su familia se trasladó a una academia de Texas, con Pat Harrison.