■ Cuatro de cada 10 homicidios en BC, vinculados a la ingesta de esos productos: Forense
Otorgan 148 nuevos permisos en Tijuana para expender bebidas embriagantes
Tijuana, BC, 3 de enero. En medio de la situación crítica de seguridad pública que sufre Tijuana, el gobierno panista de esta ciudad fronteriza decidió conceder 148 permisos para venta de bebidas alcohólicas.
Estos nuevos puntos de venta se localizan en tiendas de autoservicio y de abarrotes, supermercados, mercados, un centro de espectáculos, bodegas y hasta loncherías, billares, birrierías y taquerías.
En la última sesión de 2008 del cabildo de Tijuana, realizada en la segunda semana de diciembre, se aprobó la operación de negocios por personas físicas y empresas, entre las que destacan el Sindicato de Trabajadores de Espectáculos y Similares de la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos, Commextra, Productores Industriales de Harina y Maíz, La Carnicería de Tijuana, Hipódromo de Agua Caliente, y Comercial de Franquicias El Grano de Oro.
La mayoría de estos establecimientos venden cervezas y licor en envases cerrados, aunque en este listado también hay tiendas departamentales como Calimax, Comercial Mexicana y Smart & Final.
En uno de los documentos oficiales de dicha autorización aparecen los nombres de Huang Feng Youn He Dongpei y Liang Jing Feng, al lado de Isidro Chávez, Martín Lamarque, María Guadalupe Toral, Viridiana Maravilla y Lino Hernández.
Los nombres de los establecimientos son sugerentes: Abarrotes La Cúpula, El Burro Percherón, Birriería Sinaloa, Los Paisas de Sinaloa, Depósito El Muerto.
Más allá de cuestiones mercantiles y su impacto en la hacienda municipal, esta postura se sustenta en un dato lacerante: el consumo de alcohol en Baja California está ligado directamente con las muertes violentas.
En estadísticas del Servicio Médico Forense se indica que en cuatro de cada 10 casos de homicidios subyace la ingesta de bebidas de graduación alcohólica.
Para David Fuentes, investigador de la Universidad Autóno- ma de Baja California, las autoridades municipales están obligadas a tomar medidas emergen- tes porque las muertes por accidentes no sólo continúan sino que se incrementan.
El autor del libro Muertes violentas en Baja California criticó el otorgamiento indiscriminado de nuevos permisos para vender alcohol, así como el clandestinaje promovido por particulares y solapado por empleados gubernamentales y la extensión de horas extras.
Las muertes violentas son una de las expresiones extremas de violencia urbana por los efectos negativos en la vida cotidiana de su población, y, en consecuencia, representan un grave deterioro de la calidad de vida de sus habitantes, además de implicar una creciente demanda de servicios de seguridad pública de sus gobiernos, ha señalado reiteradamente.
Juan Carlos Vizcarra, presidente del Consejo Ciudadano de Seguridad Pública de Baja California, criticó la autorización de nuevos puntos de venta de bebidas alcohólicas por lo que llamó a crear una figura ciudadana que analice la pertinencia de la apertura de establecimientos, como podrían ser los consejos consultivos, a partir de un eje rector que, en este caso, es la seguridad pública.
En estos consejos consultivos, incluso ya aprobados por el cabildo de Tijuana, se encuentran representantes de los ámbitos académico, empresarial, social y comercial.
En Ensenada y Rosarito, 50 nuevos puntos de venta
Durante el segundo semestre de 2008, el ayuntamiento panista de Ensenada también concedió 20 nuevos permisos de venta, mientras el gobierno priísta de Playas de Rosarito hizo lo propio con una treintena de establecimientos, bajo el argumento de la vocación turística de lo que se conoce como la “zona costa” de Baja California.