Usted está aquí: domingo 4 de enero de 2009 Opinión Perspectivas petroleras 2009

José Antonio Rojas Nieto
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Perspectivas petroleras 2009

Será necesario observar cuidadosamente cómo evoluciona la economía de nuestros vecinos. En general, la economía mundial este año 2009. Deberemos identificar las perspectivas petroleras que les siguen. Ya podemos señalar dos cosas: 1) será muy pero muy difícil que se concrete la estimación del precio presupuestal de nuestra mezcla mexicana de exportación: 70 dólares por barril (este viernes cerró a 36.75); 2) el petróleo mexicano cubierto es de sólo 330 millones de barriles al año equivalente a menos de un millón de barriles al día, en el mejor de los casos la tercera parte de una producción anual en caída, estimada en 2009 en 2 millones 700 mil barriles al día. Sí, precios muy inferiores a los presupuestados y cobertura muy inferior a la vinculada a la fiscalidad de Pemex, son aspectos muy delicados que se agregan a la muy probable caída de nuestra economía.

Y si no, sólo veamos los comportamientos recientes de la economía vecina y de la mundial: desplome de entre 5 y 6 por ciento en una tasa anual, y caída del orden de 3.5 a 4.5 por ciento, respectivamente, para el último trimestre de 2008.

Por cierto, se estima que también China cayó. Por eso sorprende la supuesta “tranquilidad” gubernamental cuando, en realidad, enfrentamos uno de los años más complicados, económica y fiscalmente. Y, en consecuencia, social y políticamente. Además, es prácticamente un consenso general, pensar que la economía estadundiense –hoy nos impulsa y hoy nos detiene– descienda no menos de 2 por ciento en 2009. Y que los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE, por sus siglas en inglés), desciendan entre 1.5 y 1.8 por ciento. ¿Cómo confiar –ante estas perspectivas– en una estimación oficial que indicó un crecimiento anual del PIB de 1.8 por ciento? Supongo que pronto ofrecerán una nueva cifra. Estimando –sin duda– un descenso. Lo que significa no sólo falta de generación de empleos nuevos, sino cierre de plazas existentes y deterioro salarial de las que se conserven. Ineludiblemente.

Sólo recordemos que en 2001 la economía vecina sólo creció 0.8 por ciento. Y nosotros descendimos 0.2 por ciento. Por razones obvias, la relación de tasas de crecimiento entre estas dos economías es sorprendentemente fuerte desde 1994. Una caída del orden de 2 por ciento en nuestros vecinos nos puede conducir a un descenso de al menos 1 por ciento, en una estimación conservadora (2 por ciento, la más atrevida del momento).

Esto se traduce en una caída drástica –sí, drástica– del consumo mundial de petróleo. Suma no sólo de lo negativo, sino de lo que se deja de crecer. Los más conservadores señalan un descenso de 800 a 950 mil barriles diarios, 2 millones si consideramos el crecimiento reciente: un millón de barriles al día en 2007, por ejemplo. Es el mayor desplome de la historia petrolera reciente. Principalmente en los países industrializados. Hace 40 años, estos países concentraban 75 por ciento del consumo mundial de petróleo. Hace 10 años 63 por ciento. Se estima que en 2009 apenas participen con poco más de 50 por ciento, de un consumo mundial de 85 millones de barriles al día estimado para 2009. Diferentes razones lo explican, pero la más importante del momento es la debacle económica.

Pero observemos. Hoy el mundo petrolero es menos dependiente de los grandes industrializados. Y más de los llamados emergentes, cuyo consumo –para bien y para mal– se ha incrementado aceleradamente los últimos 15 años. Y, sin embargo, en el mejor de los casos, este permanecerá estable. El indicador que comúnmente se denomina “factura petrolera mundial” nos lo puede mostrar. Si multiplicamos el volumen consumido en 2008 por un precio de referencia (por ejemplo, el precio de la canasta de crudos importados por Estados Unidos ese año) el volumen total de gasto en petróleo dividido por la estimación del producto mundial de este mismo año, nos arroja una relación del orden de 5.5 por ciento, menor a la de los años del boom de 1980, a pesar del notable incremento del precio medio anual, mayor a la de aquel mismo boom. Para 2009 se estima una factura petrolera mundial menor a 3 por ciento del producto.

Con precios de 50 dólares para el marcador West Texas Intermediate (100 dólares en 2008) y cerca de 40 dólares para nuestra mezcla (85 dólares por barril en 2008). Se trata de un año realmente difícil. Luchemos porque sea mejor. Con luz. De veras.

NB ¿Cómo dejar de decir algo sobre el brutal ataque a los palestinos? ¿O sobre la muerte del jovencito griego y el hermoso canto de sus compañeros reclamando por la vida? En vida necesitamos la vida. No antes. No después.

 
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