■ Continúan varadas 2 mil embarcaciones en el Golfo y el Pacifico; podrían llegar a 5 mil
Paro nacional de pescadores cumple dos días; se suman los de Veracruz
■ Dirigentes demandan contener los incrementos al diesel y replantear la política para la industria
Ampliar la imagen Campamento instalado por líderes pesqueros de Mazatlán, que comenzaron el jueves un paro nacional en repudio a los altos costos del diesel marino Foto: Irene Sánchez
Por segundo día, más de 2 mil embarcaciones pesqueras del país continuaron el paro de labores en demanda de que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) suspenda los incrementos al precio del diesel marino, que hacen incosteable su actividad, y que el gobierno federal replantee su política hacia este sector.
Los dirigentes aseveraron que desde el primer día del año se encuentran atracadas las flotas de Baja California, Sonora, Sinaloa y Oaxaca, en el océano Pacífico, y de Campeche y Tamaulipas, en el Golfo de México, que habitualmente realizan su actividad en altamar. Este día se sumaron a la protesta en Veracruz y pescadores de la flota menor de Yucatán.
Ricardo Michel Luna, presidente de la Federación Nacional de Cooperativas Pesqueras del Pacífico, advirtió que si la SHCP continúa la autorización de las alzas al combustible (35 en 2008), el precio podría llegar a 9.50 pesos el litro. En este caso, advirtió, podrían sumarse a la protesta las casi cinco mil embarcaciones del país (atuneras, tiburoneras y de escama), cuya actividad da empleo a 350 mil personas que viven de la captura, comercio e industria en todo el país, además de generar al ingreso de divisas.
En el segundo día del paro denominado Cero Pesca 2009, los muelles de Mazatlán, Sinaloa, conocidos como parque Bonfil, lucieron desolados. Cerca de 600 embarcaciones se encuentran amarradas, informó Humber- to Becerra Bautista, presidente de la Cámara Nacional de las Industrias Pesquera y Acuícola (Canainpesca).
Becerra Bautista se hizo acompañar de Ricardo González y Ricardo Michel Luna, quienes encabezan la Unión de Armadores del litoral del Pacifico y la Federación Nacional de Armadores, respectivamente, además de un grupo de empresarios que se solidarizaron con la protesta, durante un recorrido por los muelles y plantas congeladoras, donde constataron que sólo unas 60 embarcaciones no se habían sumado al paro e invitaron a sus propietarios a hacerlo.
En PINSA, una de las principales plantas congeladoras, propiedad de Leovigildo Carranza, se percibía movimiento de los empleados.
En cambio, José Carranza Beltrán, propietario de Industrializados Maros, dijo que sus 50 barcos y plantas frigoríficas se sumaron al paro. Argumentó que las autoridades federales encargadas del sector tienen que ser sensibles para hacer competitiva esta actividad en el ámbito internacional, pues mientras en Estados Unidos el costo del diesel quivale a 80 centavos con 36 décimos, en México se paga a seis pesos.
En la calle principal del muelle, sólo un puñado de trabajadores del mar se reunían en torno a los puestos de comida a platicar y tomar una cerveza. Algunos dijeron que la protesta no les compete porque no se identifican con los “patrones”.
Los barcos sostienen mantas con leyendas. Una dice: “El secretario de Sagarpa, Alberto Cárdenas, dice que no le lleva broncas al Presidente de la República; entonces que resuelva la problemática pesquera, que actúe”. En otra se lee: “Han engañado al Presidente de la República, ya que en julio de 2007, en Ciudad Madero, Tamaulipas, anunció el rumbo de la pesca y hoy seguimos sin brújula por las autoridades”.
En el puerto de Topolobampo, municipio de Ahome, Sinaloa, los pescadores de altamar realizaron un paro parcial. Medio centenar de embarcaciones permanecieron varadas; en esta región muchos pescadores forman parte de organizaciones del norte de Sinaloa y sur de Sonora y piden que el gobierno replantee su política hacia el sector pesquero.
En el norte de Veracruz, unos 500 pescadores de los puertos de Tuxpan, Tamiahua, Cazones y Tecolutla se sumaron al paro y acusaron al gobierno federal de pretender que “los trabajadores paguen los costos de la crisis provocada por los ricos”.
Crísoforo Márquez, presidente de la Federación de Cooperativas Pesqueras del Norte de Veracruz, aseguró que ya es “insostenible el avituallamiento de las naves por el alto precio de los insumos. Los aumentos periódicos del combustible hacen incosteable la actividad, pagamos para trabajar porque el producto que capturamos no es suficiente para cubrir los gastos para salir a altamar”.
Exigieron no sólo que se restablezca el subsidio para el diesel marino, sino que se congele su precio como apoyo directo tanto a sociedades cooperativas como a pescadores libres. De lo contrario “nos eliminarán del mapa productivo y sólo quedarán las grandes empresas, muchas trasnacionales que se dedican a explotar y enriquecerse de la pesca nacional”, advirtieron.
En Yucatán, propietarios de unas 350 embarcaciones de la flota pesquera menor se sumaron al paro que comenzó el jueves en puertos del Pacífico y del Golfo de México. Con esta protesta también dejaron de salir a alta- mar unos mil 100 pescadores de camarón.
Mario Uc Cuevas, dirigente de la Unión de Pescadores de Yucatán, señaló que cada pescador tiene que endeudarse con unos 40 mil pesos para ir en busca del camarón, y generalmente están fuera hasta ocho días, pero generalmente regresan con 100 o 200 kilogramos del producto, insuficientes para cubrir la inversión.
La pesca de atún en el canal de Yucatán es escasa y sólo las embarcaciones de mayor calado, propiedad de grandes empresarios, arriesgan equipo y capital.