Usted está aquí: viernes 2 de enero de 2009 Capital Acuden más de 120 mil personas a la celebración del Ángel para recibir 2009

■ El acceso, controlado por policías; se prohibió la entrada con bebidas alcohólicas

Acuden más de 120 mil personas a la celebración del Ángel para recibir 2009

■ Dos menores, del programa Niños y niñas talento, dieron el mensaje de felicitación del GDF

Ángel Bolaños Sánchez

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Ampliar la imagen El Ángel de la Independencia fue el punto de encuentro para celebrar la llegada del nuevo año El Ángel de la Independencia fue el punto de encuentro para celebrar la llegada del nuevo año Foto: Roberto García Ortiz

Sobre un “césped” de concreto, en una de las aceras del Paseo de la Reforma, una cobija veteada hizo de mantel en el que la familia Galina acomodó vasos de unicel con sus respectivas 12 uvas, un recipiente con botanitas –queso, salchichas y jamón–, así como bolsas de papas fritas y refrescos de cola para el brindis, porque el alcohol estuvo prohibido en todos sus grados.

“Traigo una sidra, pero no la voy a abrir”, dijo Martha, señalando con un movimiento de cabeza el morralito junto a las papas. Debió suplicar en uno de los accesos controlados con arcos detectores y revisión de bolsas y mochilas para que les permitieran ingresar, a condición de no abrir la bebida de manzana.

“Por respeto”, dijo convencida, “y porque sí hay muchos policías”, agregó resignada. Ella; su esposo, Alejandro, y sus hijos Arisbeth y Alexis, de 16 y 12 años, fueron una de las cientos de familias que decidieron comenzar 2009 en el antiguo Paseo de la Emperatriz, al pie de la columna de la Independencia, festejo con el que el jefe de Gobierno capitalino, Marcelo Ebrard Casaubon, busca que este lugar sea el símil de la Times Square neoyorquina, la Plaza Trafalgar londinense, los Campos Elíseos parisinos o la Alcalá madrileña, entre otras vías y plazas del mundo en que la gente se congrega para despedir el año viejo y recibir el nuevo, aunque aquí sin champaña ni vino espumoso.

La fiesta transcurrió sin incidentes y con una concurrencia, a medianoche, de más de 120 mil personas, según el titular del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF-DF), Jesús Valencia; aunque apenas un par de horas antes autoridades de la Secretaría de Protección Civil del mismo gobierno capitalino estimaron en 35 mil el número de asistentes y una afluencia de alrededor de 50 mil desde las 16 horas del miércoles, hora en que arrancó la celebración con ocho bandas musicales distribuidas a lo largo de la avenida, desde Río Tíber hasta Insurgentes.

En el escenario principal, instalado en la glorieta del Ángel, el elenco comenzó cuatro horas después, con mariachi, seguido de Manoella Torres y el cantautor Joan Sebastian, para cerrar con Los Tigres del Norte hasta las 2 de la madrugada del jueves.

Así como la familia Galina, que a decir de Alejandro decidió pasar la velada en Reforma para aprovechar que no planeaba visitar a ningún otro familiar y “para vivir una experiencia diferente”, destacaba también el trabajo de cientos de empleados del gobierno de la ciudad, desde el personal de la Secretaría de Seguridad Pública y del DIF-DF apostado a lo largo del corredor, hasta brigadas del servicio de limpia, con sus chalecos viales y bolsa negra en mano, avanzando en fila por la avenida para recoger cualquier desperdicio, algunos a ritmo de tambora durante la interpretación de Joan Sebastian.

Y aunque esta vez el mandatario capitalino, quien encabezó la celebración en el invierno 2007-2008, no asistió a la fiesta, se hizo presente en voz de las niñas Paula Anahí Martínez Salazar y Blanca Berenice Vargas Sánchez, ambas beneficiarias del programa Niños y niñas talento, quienes dieron un breve mensaje de año nuevo.

En “nombre del jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard Casaubon, las niñas y los niños de la ciudad les deseamos que se cumplan todos sus sueños y que este año esté lleno de esperanza y alegría, y que sus sueños se hagan realidad en este 2009”, y dicho esto comenzó el conteo regresivo seguido por la multitud: “…siete, seis, cinco, cuatro, tres, dos, uno, ¡Feliz Año Nuevo!”, gritos y silbidos a los que se sumó enseguida el estruendo del espectáculo “piromusical”, con descargas de luz fría y cascadas en el escenario y explosiones de luces multicolores en el cielo que se prolongaron varios minutos con la orquestación de John Williams para el Episodio I de La guerra de las galaxias.

A esa hora, la familia Galina, que tenía planeado regresar a su casa en Gustavo A. Madero apenas concluyeran los fuegos de artificio, decidió permanecer un rato más para escuchar a Los Tigres del Norte. Por suerte, Alejandro dejó su coche a dos calles y no en uno de los estacionamientos de la zona, que cobraron hasta 45 pesos la hora.

 
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