■ Nuestra industria, por debajo de la brasileña y la argentina, afirmó María Novaro
“En el TLC, México no defendió el cine como materia cultural”
■ El siguiente paso es renegociar el acuerdo, señaló en entrevista la cineasta
■ La recién aprobada Ley de Fomento al Cine del DF es muy positiva para nuestro quehacer, celebró
Ampliar la imagen “Mediante la nueva ley local, las cintas nacionales podrán permanecer en cartelera ¡10 semanas!”, se congratuló la directora de Sin dejar huella (2000), cuyos protagonistas, Aitana Sánchez-Gijón y Jesús Ochoa, se observan en el fotograma
“Desde la firma del Tratado de Libre Comercio (TLC) la cinematografía de México está en desventaja respecto de la industria de Hollywood, pues no se negoció el cine como institución cultural. Hasta Chile lo defendió como tal. El siguiente paso en nuestro país es exigir que se revise el TLC en la materia”, expresó en entrevista la directora María Novaro.
Signar dicho acuerdo ha provocado que las cinematografías de Brasil y Argentina estén muy por encima de la de México, “en números, por lo menos, aunque este 2008 fue muy bueno, porque el Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine) se ha puesto las pilas, a pesar de las legislaciones negativas”.
–¿Qué falta?
–De fondo, la renegociación del TLC en materia de cultura. Siempre que se habla de eso parece que se trata de algo inamovible.
“El gobierno de Felipe Calderón no revisa nada, ni en lo respectivo a los agricultores; está desmantelando el campo mexicano. El TLC es un abuso; fue diseñado con un tipo de política económica, la cual ha demostrado que está en crisis; apostaba todo al mercado... ¡y se está derrumbando!
“Éste es un buen momento para seguir en la pelea por la renegociación.”
Hay avances
La directora de Danzón expuso que la Ley de Filmaciones del Distrito Federal (aprobada por la Asamblea Legislativa el pasado 11 de diciembre) dará coherencia, orden, reglas del juego claras para ayudar a combatir la corrupción; “es nuestra manera de apropiarnos de la ciudad. Lo que más festejo es la Ley de Fomento del Cine del Distrito Federal, pues establece una red de salas muy amplia en la ciudad, donde las películas mexicanas van a tener garantizadas 10 semanas de exhibición.
“Eso me parece un cambio fundamental para nuestro quehacer, porque desde 1994 jugábamos con unas reglas terribles para nuestro cine, por estar inmersos en una ley del mercado totalmente descarnada, que nos hace jugárnosla con nuestras películas en los circuitos comerciales, cuya regla es que no duremos más de dos semanas en cartelera, sin publicidad, con malas salas, con mala difusión y nos botan de inmediato.
“Hemos hecho mil cosas para tratar de combatir esa situación, pero como está avalado por la legislación del Tratado de Libre Comercio no hemos podido hacer nada. Eso ha sido brutal para el cine mexicano.
“Al garantizar un circuito de salas, la Ley de Fomento es positiva. ¡Durante 10 semanas!; eso nos da un respiro y nos permite pensar que nuestras películas sí podrán ser vistas por el público mexicano.
“El público del país debe tener acceso a salas menos costosas que las que existen ahora, porque: ¿cuántos mexicanos de esta ciudad no pueden ir al cine porque no les alcanza el dinero?; se volvió elitista.
“Si yo ahora hubiera estrenado Danzón no me hubiera ido como me fue entonces. Del público, sólo unas franjitas pueden pagar, no sé, 500 pesos. Se acabó desde hace tiempo el cine de barrio, el cine para la familia. Se convirtió en una capa que, aunque es interesante para los negocios, es muy restringida.
“Con la Ley de Fomento habrá salas en todos los rumbos de la ciudad para ver cine mexicano, pero dependerá de nosotros, de la comunidad cinematográfica, que hagamos que esas salas estén en buen estado y que peleemos por que la difusión sea adecuada.
“Otra cosa que me encanta sobre la Ley de Fomento es que establece un punto para la investigación y la difusión de nuevas tecnologías, que básicamente son formatos para hacer cine, sobre todo de video de alta definición, que hacen mucho más accesible la producción. Ésta es una cuestión importantísima para la democratización del cine.
“Las nuevas tecnologías nos dan las herramientas para producir más barato y, por tanto, con más libertades creativas, con menos censura, y contar historias que realmente signifiquen más para nuestra ciudad y nuestra gente. Eso me encanta.”
–¿Se apoya más a las trasnacionales que a los mexicanos?
–En términos de locaciones, siempre quien tiene más dinero tiene más facilidades. Cuando uno no trabaja con grandes productoras o no se cuenta con apoyo de Hollywood se tienen más dificultades, pero con esta nueva legislación las oportunidades las podemos pelear en igualdad de condiciones. Nos da herramientas para que, no por la vía de tener atrás de nosotros grandes cantidades de dinero y megaproducciones, podamos seguir las reglas del juego más coherentes.
“Para mí hay dos tipos de cine: el que es de Hollywood y el que no, el de cualquier país del mundo. He estudiado y he conocido cinematografías de muchos países, como Francia, Argentina, Brasil, España, las cuales tienen un montón de legislaciones que favorecen su cinematografía, pero en México eso no lo tenemos. Eso, desde la firma del TLC.”
Regresar a esquemas que nos hicieron crecer
Reconoció la labor de Víctor Hugo Rascón Banda y de María Rojo para el logro de tales leyes locales, así como de legisladores como Tomás Pliego.
Añadió que la ciudad de México es compleja y rica en cuestiones culturales.“Para los que la vivimos es como una adicción, y no nos queremos separar de ella. Tenemos que buscar que se realice lo que queremos, para lo cual hay que luchar. Ahora debemos cuidar las salas y que se respeten los bajos precios. Hay que regresar a los esquemas que funcionaban e hicieron crecer a México; nos hicieron mejores personas. Con lo de la crisis económica ya se dieron cuenta de que el mundo no es como pensaban. El mundo se les está desmoronando.
“El cine comercial se seguirá haciendo y yo soy la primera que estará ahí para verlo, pero no es el único que hay que hacer. Puede realizarse uno que nos exprese y dé identidad.”
En el Distrito Federal, Novaro filmó su primer largometraje, titulado Lola, en 1988; antes, Azul celeste, corto de media hora sobre los barrios de Santa Fe; luego Danzón, sobre los salones de baile.
“Ahora estoy terminando Las buenas yerbas, que está ubicada en el sur de la ciudad, muy relacionada con Ciudad Universitaria (CU). El personaje es una investigadora de CU. Retrata mucho la zona ecológica de ahí y el Pedregal. Espero que salga en marzo; está hecha en alta definición.
“Estoy en el sonido. Actúan Úrsula Pruneda, Ofelia Medina, Ana Ofelia Murguía, Alberto Estrella, Gabino Rodríguez, Miriam Balderas, entre otros. La historia trata sobre una madre y una hija, y de cuando una de ellas se enferma. Una es etnobotánica y ha dedicado su vida a estudiar la herbolaria azteca, dedicada a entender lo que los antiguos llamaron ‘las plantas curativas del alma’. Ya soy experta en tecitos.”