■ Se coronó en el torneo Apertura 2008
Boca conquista su 23 campeonato pese a caer 0-1 ante Tigre
■ Los xeneizes, con mejor diferencia de goles
Ampliar la imagen El xeneize Hugo Ibarra alza el trofeo del campeonato argentino Foto: Ap
Buenos Aires, 23 de diciembre. En emotivo duelo con final épico, Boca Juniors perdió 0-1 ante Tigre pero se coronó campeón por diferencia de un gol en su favor con que concluyó el triangular que la Asociación de Futbol Argentino dispuso para definir el título del Apertura 2008.
En el estadio Presidente Perón, sede de Racing en el barrio de Avellaneda, los pupilos de Carlos Ischia lograron aguantar los embates de un aguerrido Tigre que, bajo el mando del ex jugador xeneize Diego Cagna, luchó para buscar el primer campeonato de su centenaria historia.
Sin embargo, el trofeo fue para los boquenses, que llevaron a 23 su palmarés en la primera división local y quedó a 10 títulos de su rival River Plate, que suma 33, aunque este año finalizó por primera vez en el último lugar de la tabla.
Boca no tuvo en el equipo titular a Juan Román Riquelme, quien faltó por una suspensión, aunque siguió el partido desde cerca junto a Martín Palermo, quien se recupera de una grave lesión.
Tigre salió decidido a tomar la iniciativa, con Martín Morel como conductor del equipo, pero Boca no era un rival de turno y también mostró su nivel en los sectores más importantes de la cancha.
Al minuto 20, el conjunto xeneize hizo una estocada incisiva, cuando Leandro Gracián encabezó un contragolpe, cedió para Luciano Figueroa, quien ingresó por el medio del área y desde el piso remató, pero el arquero Ardente tapó con el pecho.
El conjunto de Cagna estuvo algo errático para generar peligro en el arco defendido por el juvenil Javier García, y eso le facilitó las cosas a la defensa de Boca, comandada por el paraguayo Claudio Morel Rodríguez.
Sin embargo, al 68 Leandro Lazzaro sorprendió al titubeante portero y anotó un gol que llevó al máximo la tensión.
Con 22 minutos por delante, el campeonato Apertura 2008 pasó a definirse como en el barrio, a “gol gana”, porque Boca necesitaba no recibir más anotaciones y Tigre sería el monarca de conseguir otra diana.
Tan grosero fue el error de García que el entrenador Ischia tomó una decisión drástica y lo quitó del campo para ingresar en su lugar al juvenil Josué Ayala, debutante en primera división.
El partido viró de manera increíble y el gol de Lazzaro le imprimió otro tipo de emociones, dado que Tigre se afianzó en sus líneas, apostó a todo o nada, y Boca tuvo que tomar la iniciativa para mantener el resultado.