■ Su compañía circense realiza las Galas de invierno, como desde hace 62 años

Rebate Alfredo Atayde iniciativa de la ALDF sobre maltrato a los animales

■ Está pendiente una moción de los legisladores que prohibiría las presentaciones con esos seres

■ El empresario rechaza que en sus establecimientos se les haga daño al entrenarlos

Jaime Whaley

Con la sombra del fantasma de una posible disposición de la Asamblea Legislativa que se cierne amenazante contra los circos que utilicen animales, el Atayde ofrece piruetas, malabares, colorido, tensión, en lo que ha dado en llamar las Galas de invierno, que por 62 años ha presentado en la capital durante esta época del año.

Está pendiente una moción de los legisladores del Distrito Federal que prohibiría las presentaciones de animales en los circos con el argumento de que son sometidos a maltrato para la ejecución de sus actos.

Ante esto la Asociación Mexicana de Empresarios de Circo (AMEC), cuyo presidente es Alfredo Atayde Guzmán, alega que el dictamen se elaboró con base en consideraciones morales, no científicas, y niega categóricamente que en sus establecimientos se maltrate a los animales. Además, sostiene que la interacción humano-animal es milenaria.

La propuesta nació de los representantes del Partido Verde Ecologista y del Partido Nueva Alianza.

A los argumentos de la AMEC se suman la Asociación de Circos con Espectáculos de Animales y Exóticos y la Unión de Empresarios y Artistas de Circo Mexicano. La manutención de animales en los circos está ceñida a la consideración de Unidades del Medio Ambiente por parte de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semanart), que vigila el buen trato y cuidado a los animales.

Global y simplista

La polémica sobre la actuación de animales en circos es global. “Es simplista y formula una interrogante: ¿es natural que el ser humano, que nace desnudo, se vista?”, ironiza Federico Serrano, hombre de carpas.

En su argumentación, Serrano esgrime que los métodos de doma de animales de circo han evolucionado tanto como los de educación para los niños; en ambos se parte de un principio de estímulos y recompensas, de palabras de aliento y palmadas cariñosas, pero “nada de golpes y violentas humillaciones.

“Se parte de que para entrenar a los animales de circo lo primero que hay que tomar en cuenta es que se trata de seres sensibles e inteligentes, con capacidad para aprender y que, al igual que los humanos, pueden ir más allá de los límites de su naturaleza”, cita Serrano en un escrito.

En el mismo abunda que desde tiempos inmemoriales, el hombre y muy diversas especies zoológicas han colaborado para realizar tareas diversas, ya sea agrícolas, de transporte o de guerra y compañía. ¿Por qué no habrían de hacerlo entonces para celebrar la armonía, el respeto, la comunicación, la danza, la belleza y el espectáculo en una pista de circo?”

En lo que se refiere a las Galas de invierno, las funciones presentan actos clásicos, pero de buena factura, como el de los Flying Poemas, cuarteto de trapecistas, que realiza las acostumbradas rutinas a gran altura con innovaciones. O el de personajes como Rulo, que emerge del festival de circo joven y da frescura a sus números cómicos a bordo de su monociclo, que maneja con destreza.

El asombro lo produce la bella Liudmila Basan, dama de Ucrania que realiza magia y cambios de indumentaria en un pestañeo. Ary Corazón, payaso versátil, se hace acompañar del ballet brasileño: seis curvilíneas meninhas. En tanto, Los Toninos muestran habilidad acrobática en su bicicleta gigante.

Además de un acto con dromedarios, los veteranas del elenco, las cuatro elefantas, le ponen el toque al discutido binomio hombre-animal.

Las funciones, que cerrarán el primero de enero, son de lunes a sábado, con dos horarios: a las 17 y 20 horas, a excepción del 24 y 31 de diciembre, cuando solamente habrá el primero. Los domingos las tandas son a las 12, 16 y 19 horas. La dirección es Calzada de Tlalpan 855, cera de la estación Villa de Cortés del Metro.