Usted está aquí: miércoles 24 de diciembre de 2008 Política Congelado, el proceso contra Sandra Ávila

Congelado, el proceso contra Sandra Ávila

Alfredo Méndez

El proceso penal abierto contra Sandra Ávila Beltrán, mejor conocida como La reina del Pacífico, permanece congelado en el juzgado decimoctavo de distrito porque un testigo que ofrecieron los abogados para que declarara en descargo de la inculpada no ha sido localizado desde hace varios meses.

Ávila Beltrán fue detenida el 28 de septiembre de 2007 en el Distrito Federal y dos semanas después se abrió un juicio contra la presunta narcotraficante en un juzgado federal.

El periodo de instrucción de este proceso –paso previo a la sentencia de primera instancia– no ha podido cerrarse debido a que se está a la espera de localizar en México o en el extranjero al hijo de Sandra Ávila para que comparezca como testigo.

De acuerdo con fuentes ministeriales, el gobierno mexicano giró oficios en los que solicita la colaboración de Colombia, Venezuela y Estados Unidos para que las autoridades de esos países realicen una búsqueda en sus archivos migratorios con el propósito de ubicar el paradero del familiar de la procesada.

Sandra Ávila está acusada de delincuencia organizada, delitos contra la salud y lavado de dinero por sus presuntas relaciones con el supuesto narcotraficante colombiano Juan Diego Espinosa Ramírez, El Tigre.

El historial delictivo de Sandra Ávila, de acuerdo con la Procuraduría General de la República (PGR), es largo. También se le atribuye “haber formado parte, junto con Juan Diego Espinosa Ramírez, de una organización criminal dedicada a acciones de narcotráfico, con funciones de administración, dirección y supervisión”, refiere el expediente de la causa.

En las constancias de autos sólo existe un testigo identificado como Paulo Alejandro Espinosa Rodríguez, quien aseguró a la PGR que sabe, “de oídas”, que Sandra, junto con Diego Espinosa Ramírez, se dedica a actividades relacionadas con el narcotráfico.

Dicho testigo manifestó ante la PGR que trabajó para El Tigre, quien es su tío, y éste le pagaba 100 mil pesos al mes por realizar labores de mensajería. En su declaración, Paulo señaló que supone que Sandra y Diego se dedican a actividades ilícitas, porque “vivían de manera ostentosa”.

Otra prueba contra La reina del Pacífico es una llamada telefónica que se efectuó en 2001 desde el buque Macel, en el puerto de Manzanillo, Colima. La hizo el maquinista del barco a un teléfono celular para informar que un cargamento de 9 toneladas de cocaína había llegado a territorio mexicano. Contestó una persona a la que el emisor identificó como “Beltrán”. La autoridad considera que se trata de uno de los hermanos Beltrán Leyva.

 
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