Usted está aquí: martes 23 de diciembre de 2008 Espectáculos Tratamos de que Dulce Caridad no sea tan gringa, considera Lolita Cortés

■ A quienes critican los musicales, primero vean lo que se hace en México, dice en entrevista

Tratamos de que Dulce Caridad no sea tan gringa, considera Lolita Cortés

Arturo Cruz Bárcenas

Ampliar la imagen Lolita Cortés reconoció que el personaje Clara exige excelente estado físico, lo que al principio la asustó Lolita Cortés reconoció que el personaje Clara exige excelente estado físico, lo que al principio la asustó

“Hay quienes critican los musicales tipo Broadway, pero les pido que primero los vean y conozcan el trabajo de mucha gente que está involucrada y es profesional. Tratamos que Dulce Caridad no sea tan gringa”, expresó en entrevista Lolita Cortés, quien protagoniza Dulce Caridad (Sweet Charity), montaje musical que se presenta en el Teatro 1 del Centro Cultural Telmex.

Cortés interpreta a una muchacha soñadora e ingenua que para sobrevivir baila en un cabaret de mala muerte. Romántica y fanática de las películas de amor, se entrega y lo da todo, a veces sin recibir nada, tan sólo insultos, malos tratos e indiferencia.

Durante las casi tres horas que dura la función Lolita Cortés desarrolla un trabajo que exige, primero, buena condición física, elevada coordinación corporal y mental en sintonía con la línea del coro.

Dulce Caridad es una adaptación musical de la historia de Neil Simon, con música de Cy Coleman y letra de Dorothy Fields. Está basada en el guión original para cine de Federico Fellini, Tuillo Pinelli y Ennio Flaiano. Concepto, puesta en escena y coreografía originales son de Bob Fosse, con traducción y adaptación de Álvaro Cerviño. Los productores son Federico González Compeán y Morris Gilbert.

Lolita Cortés creció en una familia de artistas: es hija de la cantante Dolores Jiménez (quien formó el dueto Lena y Lola) y del actor Ricardo Cortés; además es sobrina nieta de José Alfredo Jiménez. Por su amplia experiencia en el género la llaman La Reina de los Musicales.

“Quienes estamos en la obra creemos en ella como proyecto, no sólo como trabajo. Eso se refleja en el escenario. Uno de los temas centrales de la puesta es el perdón o el olvido de un pasado como el de Caridad.”

¿Hay perdón? Para Lolita: “Sí. Siempre he creído que a partir del perdón hay que empezar de cero, porque si cargas con culpas que no te competen, con problemas que no son tuyos y los metes a tu matrimonio, que ni siquiera tiene que ver, pues no avanzas.

“Conozco personas, hombres que salen adelante y que se enamoran de nuevo y cuentan a partir de ahí. Sé de matrimonios maravillosos. Se requiere de madurez, antes que nada, para dejar a un lado todo. Tienes que creer en esta persona. Y no sólo sucede en el caso de las mujeres.”

–Los musicales tratan temas fuertes de manera ligera.

–Sí, así son asimilados. Con este musical queremos que la gente se divierta y olvide lo que vivimos en la actualidad, y que lo que vea le toque el corazón; que de manera más sutil podamos tocarle las fibras y salga con más que una sonrisa o un buen momento. Es lo que logran los musicales.

“Algo importante es que una obra está hecha por una compañía. Los actores no podemos hacer nada sin los que están fuera del escenario. Nadie es más que nadie. Estoy en este papel porque los gringos vieron en mí ese personaje y porque tengo facultades, pero no por eso soy más que el ensamble o la bailarina.”

–Tiene mucho control sobre su cuerpo.

–Eso trato. Cuando firmé el contrato me pidieron que me conservara en buen estado. No conocía la adaptación que hicieron. Conocía la historia, conozco la película y quién ha hecho las obras de teatro de este musical, pero cuando llegué a los ensayos y me percaté de lo que se trataba... ¡ah!, comencé a asustarme.

“Me dije: ‘esto está muy difícil’, porque exige mucho físicamente, sobre todo con estos tacones (muestra unos zapatos rojos); bailar en eso y brincar en la cama y subir... se necesita fuerza en los tobillos y en las piernas, mantener la espalda.

“Ya tenía muchas lesiones por todos los años que llevo en la carrera. He cuidado que no resurjan. En los ensayos mi cuerpo apenas entendía lo que sucedía. Ahí vinieron muchos dolores, pero en el escenario el cuerpo tiene memoria y dice: ‘ah, vamos a trabajar’, y uno lo empieza a acelerar.”

–Hay a quienes no les gustan los musicales.

–Para todo hay gustos. Deberían darse la oportunidad de ver lo que se hace en México. Tratamos de que Dulce Caridad no sea tan gringa.

 
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