■ La galería Óscar Román reúne con este tema a 44 artistas antiguos y contemporáneos
La exposición Naturaleza lucida rompe barreras de tiempo y estilo
■ Pintores, escultores y fotógrafos aportan su propia visión con flores, barcos, luces y duendes
Ampliar la imagen Lirios Foto: Lourdes Almeida
Para la tradicional exposición colectiva de fin de año, Óscar Román, director de la galería que lleva su nombre, quiso mostrar que el tema de la naturaleza continúa vigente y que pintores de principios del XX, como Angelina Beloff, María Izquierdo, Alfredo Ramos Martínez o María Marín –escogidos por la misma galería–, pueden convivir con “artistas muy contemporáneos, inclusive conceptuales”.
Entonces, Román organizó Naturaleza lucida, muestra integrada por 44 artistas, en su mayoría pintores, pero también fotógrafos y escultores, vinculados a la galería ubicada en Julio Verne 14, colonia Polanco. Cada uno abordó el tema a su manera y desde su particular perspectiva.
La fotógrafa Lourdes Almeida, quien participa con Lirio y A través del cristal (fotografía digital, ambas de 2008), entendió que el tema era “naturaleza muerta”. Entonces, “nunca pondría, por ejemplo, un pájaro, porque entendí que tenía que ver con algo que se había separado de la naturaleza. Un pájaro puede vivir hasta en una jaula. Me encanta el tema, tengo otra exposición y se llama Naturaleza habitada, es de insectos, es un divertimento, y está en el Club Alemán”.
Habla de A través del cristal –colgada en el ventanal de la galería–, como una “naturaleza muerta alegre, que hace alusión a los floreros que se usaban mucho como modelo para pintar”.
La pintora Laura Quintanilla presenta Incertidumbre (2008), cuadro al encausto que ya había comenzado. Explica: “Cuando Óscar me comentó el tema, pensé que este cuadro entraba muy bien porque aparte es paisaje incierto”. La obra representa un proceso de vida: “La despedida del barco es como una especie de incertidumbre y el faro es como una guía”.
–¿Se le planteó el tema como de naturaleza muerta?
–No, naturaleza incierta. Y dentro de eso entra todo. Puede ser de una cuestión muy personal, de reflexión interna, hasta algo de lo que pensamos sobre ella o lo que le cuestionamos; en la actualidad la estamos acabando.
De acuerdo con Quintanilla, Incertidumbre se relaciona con el tema al ser un paisaje “casi desértico, porque es totalmente industrial”. Pero también viene a ser un cuestionamiento del vacío que estamos creando en el mundo, de lo que hacemos con la naturaleza humana. Esta exposición trata de abarcar todas estas visiones de las distintas naturalezas, hasta de como la vemos a partir de una vivencia urbana”.
Respecto de la técnica mixta Lección 46: El festín (2008), su autora Rocío Caballero señala que cuando el galerista les mandó el “guión” de la exposición, era “la naturaleza muerta desde el costumbrismo hasta lo contemporáneo”. Luego, “platicando con Óscar entendí que quería algo como costumbrismo mexicano”.
Apunta: “Me encantó la idea. Quería que lo mío estuviera muy contrastado entre luz y sombra. Retomé una escena de cacería de un cuadro de 1600 o 1700 que está en el Louvre y puse al hombre lobo que descansa para el festín después de la cacería”.
El cuadro de Caballero pertenece a la serie El código gris, que es continuación de El anecdotario de los duendes grises. Precisa: “Según yo estos duendes grises tienen un código, no cualquiera puede ser uno de ellos. Entonces, el código gris tiene 50 lecciones. El festín es una de las enseñanzas que deben de tener estos personajes que son como niños-adultos, pero se la pasan muy bien, son unos hedonistas”.
Agustín Portillo asegura que Román le pidió “un bodegón. Por medio de mi trazo, quería ver cómo saldrían unas frutas. Sobre esta idea fue que nace hacer esta exposición colectiva”.
La exposición estará abierta hasta el 23 de enero, con un receso de fin de año del 25 de diciembre al 5 de enero.