■ A la falta de fuentes de trabajo se suma la incesante carestía, denuncian obreros
El presidente del empleo, cada vez más lejos de cumplir su palabra: sindicatos
■ La planeada reforma laboral será la prueba de fuego para las autoridades y los gremios
Ampliar la imagen Las frecuentes ferias del empleo en todo el país no han logrado abatir los índices de desocupación y muchos de los asistentes señalan que se ofrecen puestos con salarios muy bajos Foto: Carlos Ramos Mamahua
El talón de Aquiles del gobierno de Felipe Calderón ha sido la falta de generación de empleos en el país, ya que los programas puestos en marcha no han dado los resultados esperados; aunada a ello, la política laboral del actual régimen ha estado marcada por el descenso del poder adquisitivo de los salarios, la agudización de conflictos en sindicatos como el minero y petrolero, así como la modificación y recorte de contratos-ley, de los colectivos, y de los regímenes de jubilaciones y pensiones de los servidores públicos.
Las principales centrales obreras del país señalaron lo anterior al hacer un balance de la política laboral de Calderón, a más de dos años del inicio de su administración y en el contexto de una grave crisis económica.
A pesar de sus diferentes posiciones, centrales como el Congreso del Trabajo, la Confederación de Trabajadores de México (CTM), la Unión Nacional de Trabajadores (UNT) y el Frente Sindical Mexicano (FSM) coincidieron en que el desempleo es uno de los principales problemas del régimen, ya que se ha generado apenas un promedio de entre 20 y 30 por ciento de las plazas prometidas.
Otro punto que destacaron los dirigentes en las entrevistas realizadas por este medio es el descenso del poder adquisitivo de los trabajadores en lo que va de la administración, ya que el elevado ritmo inflacionario ha rebasado los aumentos otorgados a los salarios. Cabe recordar los aumentos a los mínimos de los dos años recientes, que significaron en términos reales un peso con 90 centavos y 2 pesos con 36, respectivamente; o los aumentos a los salarios contractuales, que han promediado entre 4 y 5 por ciento en el periodo, mientras los aumentos a básicos y servicios no se han frenado.
Incluso dirigentes como Enrique Aguilar Borrego, del CT, y el vocero de la CTM, el diputado Patricio Flores, señalaron que es “preocupante” que las remuneraciones de los trabajadores, lejos de mostrar recuperación, se depauperizan por la situación económica. Advirtieron que estos rezagos han alimentando fenómenos laborales como el outsourcing, la contratación sin prestaciones y otros.
La combinación de desempleo y bajos salarios desencadena otros conflictos sociales, como es la elevada migración que se ha presentado, así como delincuencia y pobreza, señaló a su vez el líder del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) –organización que encabeza el FSM–, Martín Esparza, y dijo que el modelo económico está agotado y el laboral está rebasado, porque en este gobierno se ha buscado tener “productividad” con obreros mal pagados; mejorar las finanzas de las dependencias públicas quitando derechos jubilatorios a los servidores públicos, y salvar empresas “recortando a la mitad contratos colectivos”, como en el caso de los sobrecargos.
Para el líder del sindicato del Seguro Social, Valdemar Gutiérrez Fragoso, en este sexenio ha faltado mayor organización y presión por parte del sector sindical mexicano, ya que frente a los problemas laborales que vive el país hubieran sido necesarias mayor cohesión y capacidad de respuesta de los gremios, ya que prácticamente cada uno ha librado solo sus batallas. Ello, dijo, se resentirá aún más cuando se presente la reforma laboral, la cual será la “prueba de fuego” para toda la estructura sindical.
En el terreno de los conflictos sindicales, en este gobierno se ha acentuado más el del sindicato minero, que incluso anunció el inicio, a partir precisamente del pasado primero de septiembre, de “paros” escalonados en todo el país. El problema podría adquirir mayores dimensiones.
Otros flancos abiertos están en el sindicato petrolero, donde varios grupos desidentes –uno de ellos encabezado por Omar Toledo que incluso tomó por varias horas la sede de este sindicato– piden que se retire la toma de nota a Carlos Romero Deschamps por múltiples violaciones a los estatutos.
Según definió Agustín Rodríguez, líder del Sindicato de Trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de México, está claro que el balance laboral “es negativo”, que el “presidente del empleo” no ha podido cumplir y que la política laboral de su gobierno no se ha inclinado en beneficio de los trabajadores, sino de los empresarios, como en el conflicto de los mineros y en otros del sector aéreo. La línea que se ha seguido hasta ahora es por la disminución de los derechos de los trabajadores y con la clara intención de someterlos, dijo.
Pero a las autoridades laborales del país, encabezadas por Javier Lozano Alarcón, les espera librar más batallas, porque lo que sigue en su agenda es la reforma laboral, que podría levantar polémica el año próximo y ser uno de los puntos centrales de la discusión obrera de la mitad del sexenio.