■ En esta edición participaron 90 mujeres

Guantes de Oro otorga 26 nuevas promesas del boxeo

Abril del Río

Una nueva camada para el futuro del boxeo mexicano consolidó sus ilusiones como nuevos monarcas en las 26 finales del torneo Guantes de Oro, que se realizó anoche en la arena México ante unos 6 mil aficionados.

En nueve minutos, en pleitos de tres rounds, se definió la gloria para los que se llevaron unos trofeos de grandes dimensiones, mientras los más golpeados aplazaron la búsqueda para mejor ocasión. Sin embargo, todos contaron con el apoyo incondicional de familiares y amigos de diversos barrios, quienes no dudaron en asistir y hasta gritaban instrucciones desde las tribunas, que se llenaron en la zona de lunetas.

Fueron más de 700 los inscritos en el torneo, aunque sólo 520 pudieron acomodarse en las diversas categorías, en las que pelearon desde julio pasado en un promedio de cinco contiendas hasta llegar a la disputa por el título de campeón de campeones.

Este año la cifra de mujeres se disparó desde 70 –que había sido el máximo– hasta 90 que tomaron parte en esta edición 2008. Entre las boxeadoras –algunas despertaron emociones más intensas que varios pleitos varoniles– destacaba el cotejo por el cetro nacional en 48 kilogramos, entre Silvia Torres, hermana de La Guerrera Ana María, e Ivonne Buenrostro, así como el de Estrella Valverde y Guadalupe Ramírez, en 50.

Entre los aspirantes a púgiles profesionales –en este añejo torneo que sería una especie de graduación para los clasificados que ya no podrán regresar el año entrante– se encontraba Jesús Zárate, hijo del ex campeón mundial Carlos, mejor conocido como El Cañas, quien buscaba el cetro de peso ligero en contienda de cuatro rounds ante Marco Miranda.

En combates previos, Katherin Colín se impuso 3-2 a Sonia Guerrero en 54, y en 60, Andrea Cortina derrotó 5-0 a Karina Hernández.

En resultados varoniles, Christian Soto también doblegó por 5-0 a Izanami Pérez y Sergio Mejía superó 4-1 a Christian Rico, ambos en 50 kilos.

Algunos padres y madres alentaban a sus niños y jóvenes, al expresarles que el próximo año podrán conquistar el cetro, mientras los clasificados tendrán que pasar al profesionalismo.