Ante la crisis: hechos o palabras
En las reuniones de países latinoamericanos y del Caribe llevadas a cabo en Salvador de Bahía, Brasil, se expresaron propocisiones importantes. Hubo posiciones unitarias que arrastraron incluso a los gobiernos derechistas que aún quedan en la región. Entre ellas, la formalización de la incorporación de Cuba, la oposición al bloqueo a este mismo país y la necesidad de unirse regionalmente sin la presencia de países externos.
Los hechos y la política económica, sin embargo, no han sido tan uniformes. En los días inmediatos anteriores a las reuniones pasaron cosas importantes. En Brasil se agregó al ya existente Programa de Aceleración del Crecimiento (PAC) una serie de medidas adicionales. Una de ellas la forman grandes créditos a empresas que tienen dificultades de seguirlos obteniendo en el exterior. También se suspenden o reducen algunos impuestos a automóviles, especialmente los económicos, con el compromiso de los fabricantes de mantener el número de sus trabajadores.
En Argentina, horas antes de salir a las reuniones de Brasil, la presidenta anunció un amplio plan de inversiones en obras públicas, encaminado expresamente a crear fuentes de trabajo y a aumentar el consumo interno. Esto se agrega a un sistema de créditos para comprar artículos domésticos y coches, y otras líneas de crédito para empresas pequeñas y medianas y para exportaciones.
Ya fuera de América Latina, el gobierno saliente cambió, en Estados Unidos, las reglas de operación de las tarjetas de crédito. Se prohíbe que las empresas emisoras y operadoras de esas tarjetas aumenten las tasas de interés a compras ya realizadas. Es decir, los aumentos entran en vigor para lo que se compre a partir de la fecha en que se suban los intereses. No se permite cobrar con fecha límite menor que el de 21 días a partir del “cierre”, cuando ahora se cobra en muchos casos con dos semanas de límite. Se limitan las posibles comisiones y sanciones. También se previene que no se adopten cargos adicionales sin aviso con suficiente anticipación.
El gobierno saliente quiere quedar menos mal con los usuarios de tarjetas antes de irse, pero no quiere quedar mal con el sector financiero, así que la fecha en la que se aplican estas medidas es hasta julio de 2010. Pero ya hay una amplia discusión entre legisladores y posiblemente entre las filas del nuevo gobierno, y se preparan medidas adicionales para el próximo periodo de sesiones, y posiblemente se revisen también los plazos.
¿Y aquí? En los hechos, ya hemos mencionado los aumentos sistemáticos de precios de los energéticos y su repercusión en los demás precios. Las “ayuditas” y rescates son a empresas grandes que les “ayudaron” en la campaña electoral. La gente, que se amuele, aunque eso afecte también el mercado interno de las empresas chicas y grandes, en un momento en que el mercado externo está muy dañado, especialmente por nuestra dependencia de las ventas a Estados Unidos. Esto se nota mucho con los coches, ahora vemos plantas cerradas temporalmente. Y, claro, no hay medidas como las mencionadas en Argentina y Brasil, ni siquiera como la de las tarjetas de crédito del gobierno saliente de Estados Unidos.
Otra forma de ayuda selectiva. Se trabaja en Pemex en una licitación para una planta privada (que sería la primera, las anteriores fracasaron) para fabricar etileno, producto estratégico del que se producen muchos otros. La materia prima básica es el etano, que se separa del gas natural por enfriamiento y presión. Así como en una refinería generalmente el primer paso es la separación calentando el petróleo y separando los primeros refinados por su temperatura de gasificación o evaporación, en una procesadora de gas natural se separan por el procedimiento indicado los productos que tiene el gas natural, junto con el metano, que es el más abundante y que en la separación se queda en estado gaseoso.
Bueno, los tecnócratas decidieron que el gas natural mexicano debe venderse, incluso de un Pemex a otro (de Pemex Gas a Pemex Petroquímica en este caso) a precios del sur de Texas, porque Pemex es monopolio (aunque el artículo 28 constitucional diga lo contrario) y en esa parte de Estados Unidos sí hay mercado libre (aunque bastante monopolizado y con su propia especulación). El hecho es que es carísimo. En realidad, el gas en México siempre fue barato porque ha sido un subproducto del petróleo crudo, que es el que tiene más valor económico y el que se exporta. Y el gas, en vez de quemarlo (ahora se vuelve a quemar), pues se vendía a la petroquímica a buen precio o a otros usuarios como fuente de energía. México tuvo una petroquímica que en algunos casos destacaba en el ámbito mundial.
Bueno, pues en esa licitación que se prepara se le va a dar descuento al que “gane” el concurso. Se vende caro a Pemex Petroquímica y a usuarios “normales”, que no son “cuates”, y a estos últimos se les da el etano, derivado del gas natural, con descuento y que Pemex apechugue. Este peculiar gobierno toma medidas contra la crisis de unos cuantos, y los demás que se amuelen.