■ La división que impera en el sol azteca la está capitalizando el PRI, dice el legislador

González Garza: las corrientes del PRD anteponen sus intereses a los del partido

■ Considera que la inseguridad en el país se debe a la impunidad y la corrupción

Roberto Garduño

En el PRD los grandes intereses de las corrientes están por encima de los del partido o del país, sostuvo Javier González Garza, coordinador del sol azteca en la Cámara de Diputados.

En entrevista, el legislador aseguró que las corrientes ya atomizaron al PRD, y el resultado de la división ha sido capitalizado por el PRI.

El legislador se refirió también a la guerra que ha sostenido Felipe Calderón contra los delincuentes, al considerar que la única salida a tan grave situación se dará con la reconstrucción del tejido social, eliminando corrupción e impunidad imperantes.

–Las corrientes perredistas Nueva Izquierda y ADN se muestran proclives a negociar con el gobierno panista. ¿Esos grupos son irreconciliables con la izquierda partidista?

–Para mí está muy claro, el PRD en mi opinión tiene una gran obligación, que es hacer progresar al país, y eso significa sacar del atraso a una enorme cantidad de la población. No somos enemigos entre sí. Si no resolvemos eso, entonces el país no tiene viabilidad.

“Yo estoy seguro de que las dos líneas (Nueva Izquierda e Izquierda Unida) pueden avanzar si van juntas, porque en términos legislativos, sin fuerza no hacemos nada hacia afuera, y el PRI y el PAN son mayoría. Y la fuerza afuera sin la participación de los legisladores no funcionaría.

–Con la cercanía de la elección intermedia del año próximo, ¿el PRI capitaliza el desastre perredista? –se le insistió.

–El PRI ha venido capitalizando la gran bronca nuestra. Cuando nosotros iniciamos la presente legislatura, nuestro primer gran paso fue no permitir que Vicente Fox entrara a la Cámara de Diputados, porque se convirtió en un delincuente y perdió toda ética y moral, eso lo dijo el tribunal electoral, y por eso no podíamos dejarlo entrar. La gran bronca nuestra era el fraude electoral de Calderón, porque haiga sido como haiga sido así fue y se concretó. Vemos a un PRI organizado y ha ganado.

–¿Cuál es el problema del PRD?

–Una división interna producto de una elección absolutamente… no pudimos hacer una elección interna, que comenzó en enero de este año y que nos vamos en división y división, y seguimos en división.

–¿Por qué el PRD es incapaz de organizar una elección interna?

–Por una cuestión muy sencilla: porque en el PRD las corrientes se convirtieron en partidos al interior del partido y resulta que ahora está atomizado. Son más grandes los intereses de las corrientes, ya no digas del país sino del partido mismo. Eso es.

–¿Cómo subsanar, con autocrítica, este entuerto ante la escasez de unidad?

–Aquí, en la Cámara de Diputados, se trabaja con los que quieran trabajar, en eso se basa la unidad interna, no importa la corriente; si empezamos a excluir nos vamos a equivocar, pues uno puede convivir sin ninguna duda con políticas centristas o socialdemócratas. El PRD debe mantener su principal desafío, que es sacar de la marginalidad a esa enorme cantidad de gente.

–No obstante, en el PRD son evidentes las actitudes de exclusión y de maximalismo, ¿se podrá recomponer?

–No lo sé, pero esa es mi posición. Todos somos útiles en este asunto, necesitamos método para decidir, necesitamos no perder la brújula, ¡somos de izquierda! Las exclusiones de cualquier lado revientan, nos hacen menos eficaces.

Con preocupación, el diputado federal advierte que en el ámbito de la seguridad pública, “mucha gente preferiría perder algo de democracia con tal de ganar en seguridad, y eso es peligrosísimo. No podemos recurrir a estados policiacos”.

–Sectores conservadores ya consideran la posibilidad en un futuro de una dictadura…

–¡Sí, claro! Me parece absolutamente peligroso. Cuál es la principal responsabilidad perdida de Felipe Calderón, que todos sus grupos policiacos están convertidos en una piltrafa. No puede ser, y a esos cuerpos les quería dar el poder. Cuidado, porque puede ser mucho peor el remedio que la enfermedad.

–¿Sí cree que se está radicalizando la sociedad?

–Por supuesto. Pero se radicaliza mal; cuando la gente escucha lo que hacen los secuestradores, entonces piensa que merecen la muerte. Y lo que te dicen es ¡a esos hay que matarlos!, cuando el problema es que esos actos se dan por la impunidad y la corrupción. Si viene la pena capital no va a resolver el problema, porque lo central radica en la corrupción y la impunidad.

“Debemos entender que el principal problema del país es la corrupción, ese era el problema central contra (Juan Camilo) Mouriño; el problema no es que se llevara cientos de millones de pesos del erario, pero si esos que están arriba lo hacen, entonces todo mundo lo puede hacer”.